En la otra habitación privada, un hombre permanecía sentado con el ceño fruncido en su hermoso rostro. El silencio fue sofocante dentro de la habitación en el momento en que su abogado se sentó frente a él. La evidencia reunida era suficiente para incriminarlo; sería difícil demostrar su inocencia ante el tribunal.
Sin embargo, lo que más lo sorprendió fue la noticia de que Sun Qiushan había muerto después de que ella escapó de sus garras. La idea de perderla y perder a su hijo lo había debilitado. ¿Entonces Qiushan había elegido la muerte como una salida en vez de quedarse con él?
Xi Yunchuan dejó escapar una carcajada, sorprendiendo a su abogado. El viejo no podía entender lo que Xi Yunchuan encontraba divertido en este momento. Su vida había cambiado, y su futuro no estaba claro. Además tampoco ayudaba que no pudieran encontrar a la persona que lo golpeó.
—¿Cómo murió Qiushan? —preguntó Xi Yunchuan, rompiendo el silencio entre ellos.