—Hablemos de los términos y condiciones de este matrimonio —sugirió Lu Xinyi.
Shen Yi levantó una mano e hizo un pequeño gesto para hacerle saber que la estaba escuchando.
—Naturalmente, quiero saber cuánto tiempo vas a estar casado conmigo.
Shen Yi suspiró y no pudo contestar porque no sabía cuánto tiempo sería eso.
—No lo sé. Realmente, todavía no lo pensé—confesóél— pero nuestro matrimonio va a ser muy real. Nadie nos va a creer si no es legal.
—Ah, sí seguro. Vamos a hacerlo real en el sentido legal —vaciló— supongo que podemos establecer un tiempo límite, si quieres.
—Eso puede funcionar —Shen Yi estuvo de acuerdo y la miró especulativamente —no puedo pedirte que estés casada conmigo por dos años. Eso sería pedirte demasiado. No quiero que te sientas atrapada en este matrimonio.
—Y yo a ti —asintió Lu Xinyi. Luego, llegó a una conclusión—. De acuerdo, establezcamos un límite de tiempo. Digamos, ¿un año? Si sientes que tuviste suficiente al fingir, podemos reconsiderar la situación en ese punto y decidir si debemos divorciarnos.
—Eso suena razonable.
Shen Yi sonrió de nuevo en gratitud y alivio. Se sentía mejor ya que sabía que los planes estaban saliendo bien. No solo había conseguido una esposa que lo acompañara, si no que también eso acabaría con los rumores sobre su sexualidad. Tenía las cosas bajo control y no podía encontrar a mejor compañera que Lu Xinyi.
—Realmente, te estas tomando esto con calma. No sé cómo agradecerte. Sé que el plan suena algo raro, pero de verdad creo que va a funcionar bien contigo.
—Tengo mi motivo —admitió ella. Su mirada se encontró con la mirada inquisitiva de él—. Pero te cuento que me voy a casa contigo porque soy una mujer vengativa. ¿Seguirás queriéndote casar conmigo al saber esto? —Lu Xinyi enrolló las manos en puños pequeños y decididos.
—¿Quieres vengarte de alguien? —Las largas pestañas de Shen Yi le taparon los ojos. Una vez que estuviera casado con ella, todos sus problemas serían de él también. Ella solo tenía que pedirle ayuda y todo caería en sus manos, instantáneamente.
Shen Yi no sonrió, lo cual era muy poco sorprendente al conocer su personalidad, pero un pequeño cambio en sus ojos le indicó a Lu Xinyi que sus revelaciones le parecían divertidas. Solo había pasado algunas horas con él, pero se estaba volviendo bastante buena en leer las pequeñas señales que indicaban su actual estado de ánimo.
No era tan frío y estoico como los medios de comunicación lo habían descripto. De hecho, Lu Xinyi podía notar que Shen Yi había aprendido a ejercer un increíble autocontrol en el mismo y sus emociones.
El estómago de Lu Xinyi se contrajo mientras se armaba de valor. No había hablado de eso con nadie en un largo tiempo, por miedo a arrastrarlos a sus problemas.
—Al conocer tu estatus social, asumo que conoces a la familia Sun —respiró hondo.
—Por supuesto, los conozco ¿Quién no los conoce? —respondió Shen Yi y se preguntó que tenía que ver la familia Sun con su futura esposa.
Lu Xinyi se puso de pie y fue hacia la ventana más cercana. Miró el cielo azul y las profundas aguas del océano.
—¿Pero sabes sobre los miembros de la familia? —preguntó mirándole por encima del hombro.
¿Cómo debía contestar él? Había escuchado algunos detalles sobre ellos, específicamente sobre la pelea entre los sucesores. La familia Sun poseía la más grande y rentable empresa de joyas en el país A. Controlaban la importación y venta de las gemas preciosas que llegaban de otros países.
—¿Estás de algún modo relacionada por sangre con la familia Sun? —preguntó Shen Yi.
Había pocas razones por las que Lu Xinyi podría querer vengarse de la familia Sun. Uno, la habían ofendido y le habían quitado algo importante para ella, o dos, ella misma, era un miembro de la familia Sun.
Lu Xinyi abrió grande los ojos. Se sorprendió de que Shen Yi llegara a esa conclusión.
—Desafortunadamente, lo estoy —confesó— pero nos sacaron a la fuerza a mi madre y a mí de la familia. Al saber esto, Shen Yi, ¿todavía quieres casarte con alguien como yo? No tengo nada que ofrecerte. No tengo tu estatus económico —le repitió la pregunta Lu Xinyi.
—¿Quién dijo que no tienes nada que ofrecer? Siempre puedes darme tu cuerpo como medio de pago —Shen Yi la miró a Lu Xinyi con la barbilla apoyada en las manos. La miró con una expresión de leve satisfacción. Ah, estar casado con ella, seguramente, iba a tener drama y diversión, pero a quién le importaba.
Lu Xinyi lo miró fulminantemente—¡Shen Yi, hablo enserio!
—Dejando el chiste de lado, por supuesto, todavía me casaré contigo ¿Crees que la familia Sun podrá intimidarte tan fácilmente, una vez que te vuelvas miembro de la familia Shen? Solo un tonto se atrevería a intimidarte sabiendo que eres mi esposa.
Lu Xinyi se relajó de nuevo y lo miró de cerca.
—Acabo de tener una idea.
—¿Mmm?
—Disculpa por entrometerme, pero ¿estas románticamente involucrado con alguien?
—No —dijo rápidamente Shen Yi— no te pediría de casarte conmigo en primer lugar si ya tendría a alguien, ¿no?
Lu Xinyi quería abofetearse a sí misma por hacer una pregunta tan obvia.
—¿Y tú? —le preguntó Shen Yi despacio—¿Todavía estás involucrada con él? —Se refería al ex novio que ella había mencionado antes.
Tosió antes de volver a sentarse y se encogió aún más en la silla.
—¿A quién le importa el? Pueden irse al infierno en lo que a mí respecta. No hay nadie más que importe aquí, excepto nosotros dos.
Shen Yi murmuró de acuerdo.
—Cierto. Si sientes que las cosas se hacen eternas por un tiempo y te está costando seguir con este matrimonio, quiero que sepas que no tienes que sacrificar tu vida privada. Eres libre de tener citas o lo que sea —le dijo él, pero había algo dentro suyo que no se sentía bien cuando le dijo eso.