A Lin Li no le gustaba apostar al pasado, porque le faltaba la suficiente tentación. Esta vez, la tentación era lo suficientemente grande...
Lin Li definitivamente no esperaría que, mientras se sentía abrumado por todo el Antiguo Lenguaje Demoníaco, la antigua deidad, Connoris, también se sentía abrumado por la vasta fuerza mental de Lin Li. Cuando estaba transmitiendo las runas demoníacas a través de su fuerza mental a Lin Li, Connoris desarrolló un nuevo miedo a ese hombre...
En el momento en que la fuerza mental de los dos se integró, le permitió a Connoris sentirse como un pequeño bote navegando en el vasto océano. A pesar de conservar su compostura habitual, Connoris no pudo evitar sentir una confusión que nunca había experimentado. Era como si hubiera perdido el rumbo y no tuviera sentido de orientación...
En ese instante, Connoris estaba muy agradecido de haber resistido su vil tentación...