Sin esperar a que abriera la boca esta vez, Lin Li negó con la cabeza y lo rechazó. —Ni lo pienses esta vez. He preparado esto para el duelo de mañana.
—No te pongas así, ¿de acuerdo? —Un rubor subió por la cara envejecida de Gerian cuando sus intenciones se desvelaron. Pero, con su carácter, era imposible para él reconocerlo. Después de reírse avergonzado, continuó obstinadamente: —He visto que has estado en el laboratorio de pociones durante mucho rato y he venido a ver si necesitabas algo...
—Ve a engañar a Kevin con eso.
—Bribón, no sabes distinguir el bien del mal. ¡Estoy preocupado por ti! —Gerian se enfadó por vergüenza y se quejó. Al fin y al cabo, no estaba dispuesto a rendirse. Finalmente, reveló sus intenciones. —¿Es verdad que solohas elaborado una botella?
—... —Lin Li sintió una energía agotadora saliendo de él.