Yale se sorprendió después de escuchar esas palabras. Estaba seguro de que nunca escuchó esa voz en toda su vida, pero al mismo tiempo, sintió que le era familiar y le dio un sentimiento de nostalgia.
Yale decidió agarrar la espada. Sintió que lo entendería todo después de hacerlo. Esa voz también parecía tener una relación con su vida pasada, y la tentación de saber más sobre los recuerdos perdidos de su vida pasada era algo que Yale no pudo resistir.
Después de que Yale agarró la espada con su mano derecha, sintió una sensación similar a la de ser teletransportado a otro lugar. Sin embargo, su cuerpo permaneció en el mismo lugar. Solo su mente entró en un espacio diferente dentro de la espada donde se encontró con un anciano que se parecía exactamente a la estatua en la habitación del altar.
—Bienvenido, mi viejo amigo.
El viejo le habló a Yale de manera amistosa. Yale no dudó que se conocían en su vida anterior.