"No sabía que eras tan salvaje..." - dijo Mei con una sonrisa seductora mientras miraba al pelirrojo que la estaba presionando contra una pared.
La cita había salido como ella había deseado y en estos momentos los dos estaban en medio del parque sin nadie en los alrededores. Ella estaba usando un hermoso vestido rojo carmesí de lentejuelas abierto en el costado derecho y en el proceso, mostrando su delicado muslo.
"Sigo pensando en donde te he visto antes..." - dijo Kurama mientras miraba detenidamente a la mujer. Esta era una duda que había estado rondando por su cabeza durante toda la velada.
"¿Demasiado sexy para tu mente?" - preguntó Mei mientras ronroneaba seductoramente.
"Oh, ya recuerdo" - dijo Kurama mientras abría los ojos con sorpresa. La apariencia que Mei tenía en estos momentos era similar a la de cierta femme fatale que era la esposa de un loco conejo blanco.
"?" - Mei le dio una mirada confundida al pelirrojo, solo para gemir en expectación cuando sintió como él la tomaba de la cintura y le daba un apasionado beso - "¡Hmm!"
La pareja solo se separó cuando él sintió como la mujer estaba a punto de perder el aliento.
"Ok... no esperaba ese ataque, pero no me quejo en lo más mínimo" - dijo Mei con el rostro rojo mientras sentía como la lujuria empezaba a apoderarse de su cuerpo - "Ahora... ¿Serías tan amable de escoltarme hacia mi alcoba para que continuemos?"
"Tus deseos son órdenes" - respondió Kurama con una sonrisa mientras los dos desaparecían en un destello rojo.
* * * * *
Cuando los dos llegaron a la habitación, ni siquiera lo pensaron dos veces.
Las ropas habían volado junto a la moralidad.
Mei estaba recostada sobre la cama completamente desnuda, mostrando su belleza inmaculada sin ocultar nada.
Kurama lentamente se puso encima de la mujer y empezó a besar cada centímetro de su delicado cuerpo.
"Ah" - Mei podía sentir como sus niveles de excitación aumentaban con cada roce de los labios del pelirrojo, al punto que a duras penas podía contener su creciente lujuria.
"Veo que alguien está mucho más emocionada que yo" - dijo Kurama mientras su rostro estaba en la intimidad de la mujer. Él podía ver como ella estaba lista para el plato principal de la noche.
"¿Puedes culparme?" - preguntó Mei mientras miraba al pelirrojo con sus hermosos ojos verde - "¿Cuánto tiempo me has tenido esperando? Incluso te acostaste con esa marimacho de Iwa antes que conmigo, eso fue un duro golpe para mi orgullo como mujer"
"Ok, lo siento" - dijo Kurama mientras le daba una sonrisa avergonzada, solo para sentir como la mujer lo tomaba de los hombros - "?"
"Es por eso que voy a cobrarte todo lo que me debes, y con creces" - dijo Mei con una expresión seria - "Cuando termine contigo voy a demostrarte lo que una mujer con verdadera experiencia puede hacer"
". . ." - Kurama le giró los ojos cuando escuchó esto, pero no dijo nada para bajarle la moral.
No había mucho que decir, ninguno de los dos eran vírgenes y los dos ya tenían mucha experiencia en el ámbito del placer dentro de la alcoba. Él no menospreciaría a Mei por tener una vida sexual activa antes de conocerse, después de todo, sería hipócrita el reclamarle o tratarla como una cualquiera, después de todo, él era el que tenía más de una pareja.
"Veamos como terminas luego de pasar por mis manos..." - dijo Mei mientras lo atraía a su cuerpo y empezaba una nueva guerra de lenguas.
* * * * *
". . ." - Kakashi frunció el ceño cuando escuchó el reporte que había llegado a sus manos - "Tina-chan... manda a llamar a Shikaku y Shikamaru, los necesito en mi oficina de inmediato"
"¡Hai!" - exclamó la enfermera mientras corría fuera de la oficina.
Luego de unos minutos, el dúo de padre e hijo apareció en el lugar con unas expresiones serias porque ellos sabían que la única forma que Kakashi los llamara con tanta urgencia, era porque había una emergencia.
"Kakashi..." - dijo Shikaku con seriedad - "Mejor ve directo al punto, así nos ahorramos los problemáticos saludos y formalidades"
"Ok" - asintió Kakashi mientras le entregaba el documento al Nara mayor.
". . ." - Shikaku lo leyó con cuidado, solo para fruncir el ceño - "Shikamaru, toma"
Shikamaru también tomó el documento y su expresión terminó siendo la misma que la de su padre cuando lo terminó leyéndolo.
"¿Qué es lo que piensan?" - preguntó Kakashi con seriedad.
"Voy a ser sincero contigo, Kakashi" - dijo Shikaku mientras miraba al actual Hokage de Konoha - "Esto parece ser obra de Akatsuki"
"Más específicamente hablando, parece ser obra de esas cosas blancas" - agregó Shikamaru mientras mantenía su ceño fruncido - "Modus Operandi, Víctimas, Escena del crimen, todo encaja perfectamente a la situación que sucedió alrededor de Kumo durante la invasión"
"Lo sabía..." - suspiró Kakashi mientras negaba con la cabeza.
El contenido del documento que había recibido era simple, un sin número de aldeas alrededor de las Naciones Elementales, habían sido aniquiladas de la noche a la mañana. Todos los habitantes habían desaparecido sin dejar rastros, la única evidencia de su presencia en esos lugares, eran sus bienes materiales y una que otra mancha de sangre que posiblemente se debía a que se defendieron de sus atacantes.
"Los demás Kage han estado recibiendo reportes similares" - dijo Kakashi mientras golpeaba el su escritorio con su dedo - "Y también llegaron a la misma conclusión"
"Esas cosas llamadas Zetsu Blancos, tienen la capacidad de viajar a través de la tierra, haciendo mucho más difícil su rastro" - dijo Shikaku al recordar como estos habían desaparecido unos segundos durante su enfrentamiento en Kumo - "Posiblemente se daba a su constitución que es más que nada vegetal"
Ellos habían logrado conseguir una buena cantidad de información sobre esas cosas de tonalidad blanca. Primero, poseían afinidad elemental al Mokuton. Segundo, tenían la habilidad de movilizarse por debajo de la tierra. Tercero, se comunicaban a través de una Mente Colmena, información que fue verificada por Kushina luego de informarles sobre la aparición de una de esas cosas en la Mansión Uzumaki de Konoha. Cuarto, tenían la habilidad de hacer una transformación perfecta de otras personas, en otras palabras, no podían ser identificados por el Sharingan o el Byakugan, ya que no su transformación no era una ilusión o un Jutsu, sino una habilidad biológica que esas cosas poseían. Y finalmente, que necesitaban 'material' para poder repoblar sus números.
"Shikaku, Shikamaru, quiero que empiecen a pensar en algunas contramedidas para pelear contra esas cosas" - dijo Kakashi con seriedad.
"Ok, lo haremos de inmediato a pesar de lo problemático que es" - respondió Shikaku mientras Shikamaru suspiraba con pesar.
* * * * *
"¡Oh, dios!" - exclamó Mei mientras gemía en éxtasis al sentir como el pelirrojo la penetraba sin descanso - "¡Ah!"
La mujer de cabello castaño rojizo estaba con sus manos apoyadas en la cama mientras el pelirrojo la penetraba desde atrás.
"¡Oh dios, no había tenido sexo en años!" - los gemidos de placer de Mei eran cada vez más constantes mientras el sonido de la carne chocando resonaba en la habitación.
Kurama rápidamente la tomó de la cintura para poder empezar a moverse mucho más rápido, solo para abrir los ojos en sorpresa al sentir como la sensación de la vagina de la mujer cambiaba ligeramente - "¿Puedo llegar más profundo?"
"Esa es una de las técnicas que aprendí con los años" - respondió Mei mientras soltaba un agudo gemido, solo para apretar su vagina.
"!" - Kurama abrió los ojos en sorpresa cuando sintió el cambio tan repentino de la vagina de la mujer, solo para soltar un gemido de placer al sentir las cálidas paredes vaginales de Mei, apretando su masculinidad.
"¿Nada mal, eh?" - dijo Mei mientras le daba una sonrisa seductora, solo para soltar un agudo grito de éxtasis cuando sintió como el pelirrojo apretaba sus duros pezones - "¡Oh!"
Kurama solo sonrió en respuesta mientras continuaba rozando cada uno de los puntos sensibles de la mujer, sus pechos, su estómago, su cuello, su clítoris, los puntos sensibles dentro de su vagina.
"¡Oh, mierda!" - exclamó Mei con una expresión de absoluta lujuria, solo para sentir como su mente se ponía en blanco - "Ugh..."
"Todavía no terminamos, Mei" - dijo Kurama mientras la tomaba de las caderas y la levantaba.
"¡Ah!" - Mei gimió con fiereza mientras sentía como el pene del pelirrojo llegaba cada vez más profundo, al punto que podía sentir como este estaba ahora besando su útero - "Oh dios, me voy a volver loca si sigues así!"
Kurama no hizo caso a sus palabras, él continuó invadiendo el interior de la mujer, quien solo podía gemir en éxtasis ante tal descarga de placer.
"¡Dios! ¡Me voy a volver adicta!" - exclamó Mei mientras se corría por segunda vez con una expresión de absoluto placer.
"Y todavía no terminamos" - respondió Kurama mientras la bajaba hacia la cama y la recostaba boca abajo. Él rápidamente tomó el redondo trasero de la mujer y continuó con sus embestidas, solo para notar como ella estaba con la lengua a fuera y los ojos blancos.
"¡Ah, ah, ah!" - Mei solo podía responder con gemidos ahogados por las sábanas de la cama mientras sentía como su mente se ponía en blanco por tercera vez. Esta sería una noche que no podría olvidar en su vida aunque quisiera.