El ambiente del desierto era duro, algunos refugiados habían optado por permanecer dentro de sus propios hogares. Tenían la mentalidad de dejar todo al destino, eligiendo soportar los posibles problemas causados por el Virus Mutante en lugar de abandonar la seguridad de sus hogares. En cuanto a los otros refugiados, éstos no deseaban sentarse y esperar la muerte, habían elegido enfrentar el peligro de cruzar el desierto desolado lleno de bestias para llegar al único Santuario que quedaba.
Con el temperamento de Bennett, naturalmente él no podría ignorarlos. Incluso si el Santuario excedía su capacidad, salvar a uno más sería una victoria. Por lo tanto, los refugiados actuales aceptados por el Santuario ya habían superado las decenas de miles. Toda la ciudad estaba abarrotada y la tierra fuera de los muros había sido despejada para crear una plaza más grande para facilitar la estadía del mar de refugiados.