Basado en su experiencia analizando incontables casos de detectives, Klein creía que alguien que usaba una bufanda para ocultar su rostro y escondía sus características físicas con un abrigo, probablemente se trataba de un individuo problemático. Había grandes chances de que estuviera guardando algún secreto indescriptible, más aún al no ser invierno y con la temperatura del Mar Berserker en niveles nada fríos.
«Sin embargo, no tiene nada que ver conmigo. Incluso si se da un asesinato misterioso en una habitación cerrada, el que debe cargar con ese dolor de cabeza es el Capitán... Debería situarme sobre la niebla gris más tarde para hacer una adivinación y ver si este viaje será tranquilo...» Pensó Klein restándole importancia al asunto, aunque seguía reflexionando al respecto concienzudamente.
Apartó la mirada y observó el pescado asado al estilo Desi que le servía el camarero.