—No te entrometas en el misterio de Dios...
Los susurros de Alger pronto desaparecieron, pero continuaron resonando en los oídos de todos, haciéndolos darse cuenta de una realidad.
Aunque Sir. Loco a menudo no emitía ninguna actitud particular y rara vez hablaba, respondía mínimamente a sus solicitudes, manteniendo una suerte de imagen cálida en sus corazones; en ultima instancia "Él" era un dios, un dios cuyos misterios no deberían ser cuestionados ni sondeados. ¡Era un dios que trascendía la realidad!
Audrey, Emlyn y los otros miembros del Club del Tarot aceptaron instintivamente el dicho parafraseado por El Colgado, fingiendo que habían olvidado que la frase original era "No mires directamente a Dios", porque llegaron a mirar a Sir. Loco en algunas ocasiones, ya sea haciéndole preguntas o buscando su consejo; y con respecto a esas ocasiones, a Sir. Loco no pareció importarle.