Casi instintivamente, dobló las rodillas y rodó hacia la puerta del baño.
*¡Suaz!*
Una pequeña flecha de plumas negras se clavó en el lavabo. La flecha parecía estar hecha de hueso y expedía un brillo azul. Era extremadamente hermosa.
¡Si hubiera dudado de alguna manera, definitivamente no habría podido escapar de ese ataque repentino! Después de rodar por un momento, buscó en su bolsillo e intentó sacar algunas cartas del tarot.
Pero en ese instante, sintió que una ráfaga de viento lo envolvía. A través de la esquina de sus ojos, vio una figura negra acercándose rápidamente a altas velocidades. Apareció frente a él con una pose extraordinaria, mientras tensaba su pie y pateaba de abajo hacia arriba.