—Con que era el Quinto Príncipe. He sido muy descortés —dijo Duan Ling Tian mirando el carruaje y sonrió.
—Si no hay nada más que el Quinto Príncipe necesite, entonces me marcharé.
Duan Ling Tian continuó caminando hacia adelante al terminar de hablar.
—Espera.
Justo en ese momento, se oyó de nuevo la voz del Quinto Príncipe que estaba despojada de sentimientos.
Duan Ling Tian se detuvo. Sentía mucha curiosidad... ¿qué carajo quería hacer este Quinto Príncipe?
—Arrodíllate ante mí y hazme tres reverencias... Entonces la enemistad entre tú y mi prima quedará anulada. La voz del Quinto Príncipe seguía reverberando; era una voz que hablaba con un tono que no permitía discrepancia.
¿Arrodillarse, hacer reverencias?
El rostro de Duan Ling Tian se volvió sombrío mientras una furia se despertaba en sus ojos.
—Primo, no quiero que se incline y haga reverencias, ¡lo quiero muerto!