—¡Qué buena espada!
Apenas la espada llegó a las manos de Li Huo, no pudo evitar exclamar en voz baja.
Al examinar la espada en sus manos, notó al instante que había sido forjada a partir de la meteorito violeta del otro día.
—¿Quién forjó esta espada?
—El Gerente Long —dijo Duan Ling Tian, con total sinceridad.
—No me sorprende. Tenía razón al pensar que en toda la Ciudad Brisa Fresca no existe alguien con tal habilidad para la forja aparte de él. La espada entera parece haber sido moldeada por la naturaleza; no tiene vestigios de la mano del hombre.
Li Huo elogió la espada antes de devolvérsela sin demasiado cuidado a Duan Ling Tian.
Los ojos del gordito brillaban intensos mientras gritaba
—Jefe, ¿su espada fue forjada con mineral violeta, verdad? Haré que el Gerente Long me forje una luego. ¡Es el arma perfecta para el engaño!
¿Mineral violeta?