Todavía había más de 4 000 personas vivas en la plaza. Pero Wavier ya no podía esperar más para sacrificarlos a su amo a cambio de mayores poderes.
Sin embargo, eso no importaba. Estas personas vivas también eran una gran fuente de fuerza vital, especialmente cuando estaban desesperadas. Su fuerza vital escapaba de sus cuerpos, haciendo que rebosaran con un potencial infinito.
Luego esta energía era extraída y se convertía en la reserva de poder de Wavier contra sus enemigos.
En la plaza, los caballeros no-muertos masacraban a la gente con fanatismo. Carne y sangre salpicaban por todas partes mientras los gritos y las maldiciones llenaban el área. El dolor y el sufrimiento envolvieron a toda la necrópolis.
—¡Ah!, ¿¡puede alguien ayudarme!?
—¡Demonio! ¡Demonio!
—¡Wavier, te maldigo! ¡Te maldigo a que te quemes en el infierno por 10 000 años!