—Sí, me casaré con un bebé en mi panza.
Liu Siying gentilmente acarició su torso, con una sonrisa satisfecha en el rostro.
—¡Felicidades! Es una celebración doble.
Huo Mian estaba muy emocionada al escuchar sobre la niña. Los bebés eran básicamente un regalo de dios.
—¿Y qué hay de ti? ¿Alguna buena noticia?
—Aún no.
—No te preocupes, no debes apresurarte. Todo está en las estrellas y cuando sea el momento, los bebés vendrán naturalmente.
—Sí.
—Oye, mira quién está aquí.
Liu Siying sonrió mientras apuntaba a la puerta.
Huo Mian ladeó su cabeza y notó que había siete y ocho ex compañeros de la preparatoria en la puerta. El presidente de la clase, Han Xu, estaba en la primera fila. Al lado de él estaban Wei Dong y una mujer flaca con mucho maquillaje puesto.
—¿Lo he visto bien? ¿Es la diosa Huo?
Han Xu estaba sorprendido de ver a Huo Mian.
—¿Cuánto se sorprenderían si les dijera que soy la dama de honor?