—De acuerdo, tú ganas.
Durante todos los años que había vivido, Wei Liao jamás había conocido a una mujer así. Ella casi lo había dejado lisiado la noche anterior, ¿Cómo podría preguntar quién era él sin ni una pizca de vergüenza? Para él, Jiang Xiaowei estaba a un nivel completamente diferente al de Huo Mian.
Huo Mian era al menos aun algo racional. Ella sabía que estaba casada, así que jamás tomaría la iniciativa para hablar con Su Yu, pero al menos no fingía no tener idea de quién era él. Sin embargo, Jiang Xiaowei era una bruja que se comería a quien sea, con los huesos incluidos.
Wei Liao seguía pensando que ella lucía tan dulce como una estrella de porno japonés, pero la forma en que se comportaba era en verdad barbárica. Incluso si él se había acostado con ella, ella jamás le pediría que tome responsabilidad, porque simplemente negaría que eso hubiera sucedido.