Qin Chu los llevó a los tres al segundo piso en el elevador, y bajaron al Noble Orchid Banquet Hall. El segundo en que se abrió la puerta, Huo Mian sintió como sus ojos eran penetrados por luces brillantes. Brillaba tanto que ella a penas podía abrir los ojos.
—Director Qin.
Muchas personas vinieron a saludarlos. En los 400 metros cuadrados, había un banquete estilo occidental y el lugar estaba lleno de gente.
—Director Qin, ¡está aquí! Estamos listos —dijo cuidadosamente el manager del hotel mientras se aproximaba a ellos.
Qin Chu asintió y ladeó su cabeza para decirle a Huo Mian, —Espérame.
—De acuerdo.
El manager del hotel llevó a Qin Chu al escenario.
—Permítannos darle la bienvenida al director de la corporación, el Señor Qin, quien dirá algunas palabras.
Entonces, los aplausos sacudieron el lugar.
—¿No ves una aureola sobre la cabeza de tu hombre ahora mismo? —preguntó Zhu Lingling.