—En verdad, tú….
Su Yu se encontraba sin palabras frente a las provocaciones de Huo Mian.
Si hubiese sido cualquier otra mujer, él le habría estrellado su teléfono en la cabeza sin ninguna palabra más. Sin embargo, lo extraño era que él no sentía la necesidad de recurrir a la violencia. Subconscientemente la miró, y ella estaba sentada frente al él con los ojos cerrados. Súbitamente notó que tenía pestañas bonitas.
A diferencia de otras mujeres, ella no usaba pestañas postizas, no tenía extensiones o una gruesa capa de mascara en ellos. Sus pestañas no eran ni largas, ni gruesas ni curvadas.
Sin embargo, su aspecto natural era aire fresco para quien la mirara. Nunca usaba maquillaje y solo utilizaba productos faciales básicos, por lo que su piel era blanca y radiante. Sus labios no estaban embarrados con labial o brillo, y eran naturalmente rojos y pulposos.