Una llovizna se derramaba sobre la costa de la Bahía de Géminis en el Reino Amanecer.
Agatha no pudo determinar si era un fenómeno natural inducido por la prueba nuclear o simplemente una coincidencia.
La violenta explosión sobre la superficie del mar levantó una ola extremadamente magnífica que se podía ver incluso a 15 kilómetros de distancia. En contraste con el fondo azul ceniza, la salida de agua parecía ser de color blanco puro, como si no proviniera del mar. El chorro de agua se elevó gradualmente como si no tuviese peso. Todo el proceso duró decenas de segundos, pero fue un espectáculo que trascendía el sentido común para la mayoría de los espectadores.
Al final, el gran chorro de agua se convirtió en lluvia que regresó al mar, reemplazada por una niebla blanca retorcida que era incluso más expansiva y más alta que el chorro de agua. En ese punto en el tiempo, los espectadores pudieron ver la peculiar nube de fuego.