Sus palabras sorprendieron a todos.
—Hermana, no... ¿De qué estás hablando? —Rohan fue el primero en recuperarse del shock —. ¿Quieres abandonar el oasis? ¿Qué hará nuestro clan sin ti? ¿Cómo lidiaremos con los sagrados duelos en el futuro? ¿A dónde planeas ir?
Lorgar no dio respuesta. En cambio, ella miró a su padre en silencio.
Una triste sonrisa apareció en el rostro de Guelz. Exhaló un largo suspiro y saludó a los demás.
—Déjennos solos.
—Padre... —Rohan abrió la boca, tratando de decir algo, pero tragó las palabras.
Los guardias estaban tan sorprendidos como Rohan, pero respetando la privacidad de la familia, obedecieron la orden y se fueron desconcertados.
Pronto Lorgar y Guelz estuvieron solos en la habitación.
—¿Quieres ir al norte? —Preguntó Guelz de manera directa.