De pie en el último piso de la Torre de Babel, Mayne miró por la ventana hacia la ciudad cubierta de nieve de Hermes.
Desde el último ataque de un gran grupo de bestias demoníacas en Nueva Ciudad Santa, la paz regresó temporalmente a las llanuras heladas y la caída de nieve disminuyó. Los ciudadanos de Hermes pudieron disfrutar de un respiro improbable, pero oportuno.