En la sala de espectáculos del Teatro de Fuerte Largacanción, el telón cayó lentamente con los interminables silbidos y vítores. May se limpió el sudor de la frente y miró a Irene, que la miró con emoción y expectación. Ella respondió a Irene con dos leves asentimientos.
La respuesta hizo que Irene gritara en voz alta. Después de que la cortina cayera al suelo, no pudo evitar apresurarse y abrazar a May con fuerza.
—Jajaja, ¿De verdad actué muy bien?
May pensó que era problemática y le dirigió una mirada de extravagancia. Alejó a Irene y dijo
—Has progresado y puedes actuar en el escenario de forma independiente.
—Señorita May, ¿y yo? —Otra bruja actriz Rosia le preguntó con cautela.