Ella era Luo Qiqi.
Al verla, los ojos de Zhang Xuan se iluminaron. Rápidamente le envió un mensaje telepático—. ¡Viniste en un buen momento! ¡He encontrado el tesoro del Anciano Wu Yangzi!
Moviendo la muñeca, sacó la caja de metal y los tres artefactos.
Como había recibido la herencia de Wu Yangzi junto con Luo Qiqi, y esta última era la discípula directa de Wu Yangzi, ella tenía derecho a saber cuáles eran los tesoros y a compartir la posesión de ellos también.
—¿Lo has encontrado? —aturdida, Luo Qiqi giró la vista hacia los objetos que Zhang Xuan tenía en sus manos.
LuoQiqi abrió los ojos con incredulidad—. ¿Esto es el Mineral de Cristal de Oro Negro?
—¿Lo reconoces? —preguntó Zhang Xuan.