Madam Xue los llamó en cuanto llegaron.
—¿Si mami? —preguntó Lu al oir a su mamá. Caminó por al lado de la cama y Huo Yunting la saludó, como si fuera Mefistófeles.
—Bueno, buenas noches —dijo Lu vagamente y seleccionó una excusa al azar para colgar.
Caminó hacia la cama, donde Huo Yunting la agarró y la atrajo hacia su abrazo. El extraño balance la hizo caer sobre sus muslos y su cara aterrizó justo entre ellos.
—Que necesitada —su sonrisa creció sarcásticamente y aflojó su agarre—. Así que alguien quiere comenzar la cena con un chupetín, ¿eh?
Lu se levantó rápido, casi cayéndose otra vez. Afortunadamente se las arregló para agarrarse se su fuerte brazo y así burlar la inercia.
—Prepararé...la tina.
—Solo si nos meteremos juntos —dijo al pararse delante de ella, tal como el amo levantándose del trono.