Xue Yuming estaba tensa al principio cuando marcó, su pecho se elevaba y hundía de manera vigorosa mientras que esperaba que se hiciera la llamada. —Hola, cariño. Es mami. —Rápidamente se deshizo de esa dura expresión que tenía, como si estuviera hablando con Lu cara a cara—. No, mami solo te extraña, oh por cierto... —Y ahí comenzó, revelando el verdadero motivo, tan natural como era posible.
—Adiós, cariño.—Y colgó el teléfono con una sonrisa tan deslumbrante como el sol.
—No te preocupes. Yang ha aceptado ayudar. Si ya pudo traer a Huo a casa la última vez, definitivamente puede hacer lo mismo ahora.
Huo Zhenning no respondió. Todavía estaba muy molesto como para contestar.
(Mientras tanto)