Sorprendidos, Samuel y todos los demás miraron a Nora con incredulidad.
Alguien tragó con fuerza.
—¿Sabes dónde está Q?
Nora no habló más. En cambio, empujó la puerta y entró en la habitación.
Joel estaba sentado tranquilamente esperándola. Por su aspecto, no parecía ansioso en absoluto. Parecía claro y seguro de lo que estaba haciendo. Nora había pensado que lo vería cansado y demacrado, pero inesperadamente, estaba muy tranquilo. Levantó las cejas.
Joel sonrió.
—Has venido.
—Sí.
Nora se puso a su lado.
—¿Cómo sabías que vendría?
Joel respondió: —Cuando Jill me pidió que le consiguiera un puesto en la empresa a su sobrino la otra vez, supe enseguida que sin duda tendrías un plan de respaldo. Vamos, suéltalo, ¿qué piensas hacer?
Nora: —...