Mei decidió irse de la habitación de Eider por la única razón que su amistad ya no era la misma de antes y le dijo mientras se iba
- Se que no quieres que me casé pero yo decidí darle una oportunidad a él y si no lo aceptas tampoco puedo obligarte a hacerlo- dio un suspiró grande.
Eider solo tenía la mirada seria , no fue tras de ella como antes hubiera hecho .
Ella solo se quedó sola en la habitación y decidió recostarse en la cama pensando como sería si Mei se hubiera negado a esa boda en un poco rato se quedó dormida.
Mientras tanto Mei continuaba triste por la forma de actuar de Eider , se sentía decepcionada ya que nunca había actuado así con ella de repente tuvo una idea para arreglar el estado de ánimo de Eider así que fue corriendo a buscar algo de dinero a su casa y una canasta para traer las cosas que iba a comprar a la ciudad cercana.
Al llegar decidió entrar en la misma florería donde a Eider le gusta comprar sus flores, observo a una chica con una camisa de cuadros de un color rosa y anaranjado, un overol largo que llegaban hasta los tobillos Mei le dijo -Buenas tardes a lo que la chica se espantó y se pegó la cabeza con una tablita que estaba arriba de su cabeza.
Mei estaba asustada y le dijo lo siento mucho no pensé que te ibas lastimar con una mirada preocupante, la chica demostro un rostro como si hubiera visto a la mujer más linda del mundo con una mirada preocupante.
Ella sonrió y empezó a dar pequeños masajes a su cabeza mientras decía -No se preocupe , ¿en que le puedo ayudar ? pregunto la chica.
- Vengo a buscar unas semillas de rosas Rojas , le dio una bolsa llena de semillas y con su rostro un poco enrojecido le pregunto-¿Señorita me podría decir su nombre ? - a lo que ella respondió con una bella sonrisa al final - Claro, me llamo Mei ¿ y tu como te llamas ?- La chica respondió tartamudeando -Me llamo Amber -
- Encantada de conocerte Amber , tienes un bello nombre - se dio la vuelta haciendo una despedida.
Amber quedó aturdida de la hermosa chica que conoció en ese momento.
Regresando al pueblo Mei se sintió muy feliz por haber encontrado sus semillas favoritas de Eider, ella sabía que le encantaba plantarlas y ver sus frutos de sus esfuerzos en ese momento se le apareció un recuerdo en donde ellas estaban pequeñas y vio a la pequeña Eider con una pala plantando una semillas para que se hiciera grande, entonces ella empezó a sonreír.