Esto es solo un fanfic en el que me he insertado dentro del universo de la serie de novelas japonesas "To Aru Majutsu no Index". En realidad, es mi propia versión de reencarnarme en ese mundo, aunque no es algo en lo que crea sinceramente. Si por alguna razón mis palabras ofenden a alguien con esas creencias, les pido disculpas de antemano. Sin embargo, siendo honesto, no recomendaría apostar tu vida esperando renacer en un mundo desconocido... la vida no funciona así.
A lo largo de esta serie de capítulos, narraré mis intentos de sobrevivir y adaptarme en el mundo de To Aru Majutsu no Index. Verán cómo me relaciono con los diversos personajes, forjo amistades y uso mi conocimiento sobre la trama para sacar ventaja de las debilidades de ciertos personajes. Tal vez logre cambiar algunas cosas… o tal vez no.
El nombre "NasserL" lo utilizaré solo como mi identidad de autor, mientras que los detalles específicos de mi personaje se revelarán más adelante en la historia.
Si tienes alguna sugerencia o deseas dejar un comentario o reseña, eres más que bienvenido a hacerlo, especialmente si estás leyendo esto en una página de fanfiction.
Nos vemos en otra ocasión, y deséenme suerte. La necesitaré para sobrevivir antes de enfrentar a esa cierta diosa mágica con raíces en la mitología nórdica... Muero en el intento de siquiera tocar su cabello divino o busco otra forma poco ortodoxa de evitar mi final, o antes de que Skill-Out o incluso el mismísimo Aleister Crowley me pongan en la mira.
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Capítulo 0: Prólogo.
Parte 1.
Este es el momento de presentarme. Tengo 22 años y, aunque me considero una persona común, no soy exactamente el alma de la fiesta. No suelo iniciar conversaciones ni organizar planes de fin de semana con amigos... Si es que tengo amigos con quien salir. Pero... tampoco soy alguien cerrado. Gracias al curso de psicología de hace 3 meses, mejoré mis habilidades comunicativas, lo que me ayudó a conectar con el mundo exterior.
Y también... me ayudó en mi primer empleo.
No esperes que cuente anécdotas de cuando era un bebé o un niño en edad preescolar; no tengo recuerdos de esos tiempos.
Sin embargo, hay algo de lo que sí puedo hablar con certeza.
Desde la primaria, siempre me elogiaron por mi habilidad con los números. "Serás un ingeniero", decían, y yo simplemente sonreía. Me gustaba hacer deporte, pero todo cambió al pasar a la siguiente etapa. Comencé a despreciar a mi antiguo yo... Esa actitud hipócrita de juzgar a los demás solo por pensar distinto. Sentirme superior... Madurez al 0%... y no me gustaban las peleas.
En la secundaria, me enfoqué en estudiar y en ver videos de YouTube. Mi actitud cambió drásticamente: me llevaba bien con todos, incluso con los más problemáticos, y extendía mi mano a quien lo necesitara. Me alejé del grupo popular para apoyar a aquellos que estaban aislados, sin importarme lo que otros pensaran. Fue también la etapa de mis reflexiones más profundas: preguntas existenciales como "¿Cuál es mi propósito?" y "¿Existe Dios?" se mezclaban con cuestiones variadas: "¿Hay algo más allá de la Tierra?", "¿Tiene sentido la vida si eventualmente morimos?", "¿Existen los ángeles y los demonios?", "¿Por qué somos un país pobre con tanto potencial sin explotar?", "¿Cuál es la mejor corriente económica?" y hasta "¿Las historias que nos cuentan son verdad o solo mitos?".
Por cierto, en esa etapa nunca tuve novia, aunque observaba cómo mis amigos sí. No voy a mentir; me gustaba una chica. Pero no me arrepiento de haber dejado ese sentimiento atrás. Me habría hecho daño con el paso del tiempo.
Mi vida, en general, era aburrida.
Esperaba ansioso la adultez, con la esperanza de aprender algo útil, no los cursos que solo servirían para un examen de admisión a la universidad. Al final de la secundaria, perdí interés en la universidad, viendo a mis compañeros estudiar como locos para memorizar datos solo para terminar, muchos de ellos, en un trabajo totalmente diferente.
En mi país, ser un profesional no es garantía de éxito, aunque no niego que aumenta tus posibilidades es mucho mejor que ganar un salario mínimo que ni cubre una canasta básica. Hay tantos jóvenes sin trabajo porque se les ocurrió la idea de elegir una carrera universitaria que no es útil para el mercado laboral nacional. Lo cierto es que las carreras técnicas es lo que más necesita un país subdesarrollado para dirigirnos al desarrollo... Oh, no quiero hablar de los políticos, simplemente apestan.
Sin embargo...
Independientemente de mis planes para ir la universidad, todo se pospuso.
¿Sabes cuál fue el fenómeno más importante del año 2020?
No, no fue una noticia sobre una posible tercera guerra mundial entre Estados Unidos y Corea del Norte, ni alguna tensión en Medio Oriente que los medios amarillistas usaban para vender más periódicos o suscripciones online. Fue una enfermedad: el COVID-19, descubierto a finales de 2019, cuyo nombre viene del coronavirus SARS-CoV-2, con los primeros casos en Wuhan, China. Lo que comenzó como rumores de una neumonía vinculada a un mercado mayorista se convirtió en historia.
Este virus detuvo los planes de millones y cobró la vida de 7 millones de personas en todo el mundo. Por suerte, fui un paciente asintomático, al igual que mis hermanos. Mis padres mostraron síntomas, pero lograron superarlo.
Así, mi primer año de adulto se esfumó, y el viaje de promoción de la secundaria nunca ocurrió. No me importó demasiado.
Perdí el contacto con la persona con la que más hablaba, alguien que me introdujo al mundo del anime y quien me recomendaba cierta serie (No es Toaru, eso va más adelante).
¿Puedes creer que pasé casi toda la secundaria sin ver anime, excepto Dragon Ball? Ni siquiera había leído un manga o una novela ligera. En 2019, comencé a explorar ese mundo. Fue mi introducción a la ficción, y en febrero de 2020 me inscribí en un instituto tecnológico estatal. Elegí una carrera técnica, y al ver las instalaciones, me desilusioné.
Simplemente, son cosas de vivir en un país subdesarrollado.
Recuerdo haberle dicho a mi acompañante ese día que sería mejor comprar euros o dólares. No sé qué me hizo pensarlo, pero el tiempo me dio la razón. Tres meses después, la inflación explotó porque gobiernos como Estados Unidos y la Unión Europea decidieron imprimir dinero como si no hubiera consecuencias.
En otras palabras... "Pan para hoy, hambre para mañana".
Después de eso, mis tardes y noches se llenaron de anime. Ya no creaba contenido en YouTube; había abandonado esa idea, sintiéndome incapaz porque no poseía esa carisma. La adultez representaba libertad para mí, pero una vez que vi la realidad, deseé volver a los días de estudiante.
En ese mismo mes, descubrí una serie de novelas ligeras que capturó mi interés: Toaru Majutsu no Index, de Kazuma Kamachi. Soñaba con ser creador de contenido, esta vez como escritor, y buscaba una serie que me inspirara. Pero, ¿sabes algo? Mi escritura era terrible, y ni siquiera consideré estudiar literatura o comunicación. Maldición, ojalá hubiera prestado más atención en la secundaria y leído sobre mitologías.
Por suerte, incluso con mis habilidades mediocres, conocí personas que me apoyaron con la idea... Claro, no quería iniciar en crear mi propia serie, sino utilizar el género "fanfic". Me adentré en la comunidad de fanfiction, donde mi historia comenzó. Un crossover, esa fue mi idea. ¿Pero de qué? Recordé series populares: Dragon Ball, One Punch Man, Tate no Yuusha, Nanatsu no Taizai...
Pero mi memoria es pésima, y volví a Date A Live, una serie que casi olvidaba. Fue solo gracias a un juego de celular vinculado a la serie Toaru que volví a recordarla. Esa conexión inesperada terminó siendo el empujón que necesitaba, una chispa de inspiración que me motivó a iniciar mi propio fanfic.
Ese fue mi inicio, mi reinicio. El resto es historia.
Pero mientras tanto, me inscribí en otro instituto porque perdí una vacante por descuido. Abandoné mi carrera técnica porque no me apasionaba. Me sentía perdido, sin dirección.
¿Qué haría con mi vida?
Nadie me dio una respuesta clara. Solo estudiar todas las materias como un robot, ser esclavo de un sistema que premia a algunos y destruye a otros. La adultez, que antes veía con esperanza, se transformó en una distopía, y el tiempo se volvió mi enemigo.
En el mundo de internet, me sentía más vivo.
No me malinterpreten. Quiero a mis seres queridos, pero me sentía alejado de ellos. Porque quería buscar la independencia en una época en donde la vida es más difícil.
Bueno... La vida nunca fue fácil.
Mi vida no era emocionante, no había fiestas ni aventuras de fin de semana. Quizás odio mi vida o simplemente mi estilo de vida aburrido. Si logró graduarme, definitivamente quiero irme de este país, y aunque una de las razones sea que no veo futuro alguno en este país, y por mi deseo de explorar el mundo.
"Hah..."
Mi sonido de cansancio después de un día de trabajo.
Mis ojos se cerraron después de estar en mi teléfono celular.
Se acabó...
Este fue mi último día con vida en este mundo.
No fue un atropello de camión como en esas historias de isekai que aparecen cada rato en busca de lectores, tampoco siendo víctima de la inseguridad ciudadana de mi país o muerte por atragantamiento al momento de comer mientras hablaba, etc.
Tantas formas de muerte, pero fue tan simple como no volver a despertar de mi sueño.
Parte 2.
(No puede ser… ¿Otra parálisis del sueño?)
Esa sensación sofocante, donde el cuerpo se niega a moverse aunque estés plenamente consciente. Odio esa sensación. Probablemente sea una señal de que necesito dormir más y dejar de quedarme hasta la madrugada en mi teléfono celular leyendo fanfics de distintos animes o utilizando la plataforma de YouTube desde mi cama.
No hay de que preocuparse.
Una parálisis de sueño solo dura entre 1 y 2 minutos. Solo tengo que esperar ese tiempo y luego recuperare la movilidad.
Puede que en cualquier momento tenga alguna alucinación, nada es real aquí.
Sin embargo, después de que ese tiempo pasó no hubo nada.
Entonces, comencé a notar algo muy importante.
No es solo la falta de movimiento, no puedo sentir mi respiración. Tampoco noto mis latidos de corazón, lo cual era extraño, incluso en este estado siempre he podido sentir mis latidos. Mi visión es oscura, pero esta vez no hay figuras que me acechan o aplastan como suele suceder en mi parálisis de sueño. Si esto no es una parálisis de sueño, entonces, ¿qué es?
¿Sigo encontrándome en un sueño? ¿O estaré inconsciente? ¿O se trata de algo más grave como una muerte súbita?
Desde la secundaria he tenido problemas en el pecho, pequeños dolores esporádicos. Claro, nunca lo consideré urgente y lo atribuí a alguna inflamación pasajera. Sabía que debía ir al hospital, pero siempre encontré alguna excusa: el costo, las largas filas... y lo posponía una y otra vez.
Tal vez ahora estoy pagando ese precio.
Quizás sufrí un paro cardíaco mientras dormía. Me siento desconectado, como si mi cuerpo estuviera fuera de mi alcance. Si puedo pensar, ¿eso significa que aún estoy vivo?
Sin reanimación, el cerebro sin obtener oxigeno comienza a sufrir daños irreversibles tras cuatro minutos, y el corazón también.
¿Qué debería hacer? ¿No puedo percibir nada? ¿Estoy atrapado? ¿O ya estoy muerto?
La pregunta "¿Estoy muerto?" me causa un escalofrío.
No puedo ver, no puedo oír, no siento nada. Es como si mis ojos estuvieran cerrados, pero ni siquiera puedo estar seguro de eso. No puedo distinguir entre izquierda o derecha, ni arriba ni abajo. No percibo mi cuerpo, como si la noción de espacio, las tres dimensiones hubieran dejado de existir. Tampoco siento calor o frio.
En otras palabras, no tengo energía lo cual era algo ilógico. Esto podría desafiar las leyes físicas.
¿Es este mi destino final?
Me pregunto si esto es el infierno.
Sin embargo, no se siente como lo que esperaba. En distintas religiones y mitologías, el infierno es un lugar donde los pecadores sufren castigos eternos por sus faltas. Pero esta oscuridad no es dolorosa ni abrasadora. Es frío, distante, como un vacío interminable.
¿Por qué el infierno? ¿Por qué descarte casi al instante en estar en el cielo?
La verdad es que nunca he sido un creyente ferviente. Crecí rodeado de religión, especialmente el cristianismo, pero nunca me comprometí del todo con esas ideas. De mí adolescente rebelaba contra ellas, cuestionando todo: la vida, la muerte, el propósito de existir. ¿Existe Dios? Esa es una pregunta de las tantas preguntas sin una respuesta definitiva.
Pero estando aquí, no sabría decirte una respuesta.
La idea de que había algo más allá de la vida. ¿Cielo? ¿Infierno? Era la respuesta más común en esta parte del mundo, pero también existía la idea de la nada absoluta, un vacío eterno, esa respuesta me parecía aterradora, pero aquí estoy... y la nada no es mejor que un infierno lleno de sufrimiento.
Este vacío me hace pensar en otras respuestas a esta incógnita.
Distintas civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad tratar de responder a esa pregunta. Como una forma de conservar su existencia, la mayoría de las mitologías hablaban de como el alma humana comenzaba a viajaba a esos reinos metafísicos.
La literatura era una forma de plasmar esas ideas hacia el público en general.
Películas, libros, mangas, comics, novelas ligeras y cualquier otro material.
Por ejemplo, una cierta serie de novelas ligeras japonesas llamado "Un cierto índice mágico" y su autor "Kazuma Kamachi"... la verdad es que ese es solo un nombre de pila que utiliza al momento de publicar su trabajo.
Su identidad es un secreto.
Siempre pensé que ese hombre debía ser un extraterrestre, un monstruo. La cantidad de material que ha producido es impresionante, y es algo que pocos pueden igualar. Leí otras novelas ligeras, pero ninguna me cautivó como esa serie. No es solo por la acción, sino por la mezcla entre ciencia, magia, referencias a mitologías, historias relacionadas al ocultismo.
El sistema de la Magia que utiliza me pareció un concepto interesante.
En la serie, la magia no consistía simplemente en invocar fuego o relámpagos de la nada; requería seguir ciertas reglas. Sin embargo, estas restricciones no se aplicaban a los magos trascendentes, a los dioses mágicos ni a algunos usuarios excepcionales de magia. En su esencia, la magia era un sistema de creencias, ya sea individual o colectivo, que daba forma a la realidad de maneras diversas. El poder mágico surgía de una "fase" o filtro de la realidad que la humanidad había construido de manera inconsciente a lo largo del tiempo.
Esta idea sostenía que las mitologías y religiones podían manifestarse gracias al poder del inconsciente humano que creía en su existencia. No obstante, esto creaba una paradoja: cada visión del mundo se superponía a las demás, como capas en el lienzo de una pintura, haciendo que las realidades se entrelazaran y a veces entraran en conflicto.
Entonces, me pregunto si este vacío, este lugar, es solo mi interpretación del infierno.
Tal vez el infierno no es el mismo para todos como lo leí en cierto volumen en donde comienza a utilizar el concepto del infierno de una manera diferente a otras obras. Quizás se adapte a las expectativas y miedos de cada persona. Si es así, mi versión del infierno es esta: la soledad absoluta.
No hay peor castigo que estar completamente solo, apartado del mundo y de cualquier compañía.
Ni siquiera el sufrimiento sería peor que este vacío.
O simplemente que no hay algo más allá de la muerte y lo estoy pensando mucho.
También estaba la posibilidad de creer en el concepto del purgatorio de la "Divina Comedia" de Dante. Un lugar entre el cielo y el infierno, donde las almas esperan, purgan sus pecados y buscan redención.
Pero ya sea esa novela ligera o ese libro escrito por el siglo XIV, no creo que ninguno de los dos tenga la razón total. Después de todo, solo es producto de la imaginación y creatividad de las personas tratando de responder a esa pregunta.
Lo único que estaba seguro era que todavía existía y seguía pensando sobre mi paradero final.
(Acabo de olvidar algo importante...)
En este momento, me doy cuenta de las cosas que tenía que hacer al día siguiente.
Aparte de las cosas cotidianas, como levantarme, hacer los quehaceres del hogar, estudiar inglés o algún curso que me ayude en el ámbito laboral, también estaba otro detalle importante...
¿Quién iba a encargar de utilizar mi nombre de pila? Oh, espera... ¿Mis estudios?
En ese instante...
En ese momento, el vacío que me rodea comienza a distorsionarse, como si una fuerza externa estuviera rompiendo la oscuridad.
Una luz blanca aparece a lo lejos. ¿Es esta la salida o solo mi visión humana del más allá?
Decido avanzar hacia la luz, si es que se puede llamar "avanzar".
La luz se hace más grande, más brillante, hasta que cubre toda mi visión.
(Espero que esto sea un sueño ya que tengo cosas pendientes que atender.)
La luz me consumió y mi existencia se dirigió hacia un rumbo desconocido.
"..."
GOOD ENDING. ¡Estoy en un mundo paralelo! Espera... ¿Qué significa esto?
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