Gu Dai rió entre dientes y se dio cuenta de su descuido. —Ah, sí, tienes razón. Os presenté hace tres años, ¿no es así?
Meng Zhi respondió con una sonrisa. —Sí.
Sin embargo, cuando Gu Dai no miraba, Meng Zhi bajó la cabeza, sus ojos empañados con una oscuridad indecifrable. Sus pensamientos vagaron mientras murmuraba en silencio el nombre de Su Ting unas cuantas veces, y su expresión se volvió aún más sombría.
...
El caos inesperado había detenido la boda, provocando un interludio temporal. Reanudarían en diez minutos.
Durante este intervalo, Song Zhi se acercó a Song Ling. —Joven Maestro, el Viejo Maestro acaba de llamar. Todavía puedes cancelar la boda.
Song Ling vaciló, dividido entre opciones.
Jiang Yue se dio cuenta y rápidamente se aferró a su brazo, mirándolo con ojos suplicantes. —Song Ling, ¿no quieres casarte conmigo? ¡Ya lo prometiste!