—¿Por qué hiciste eso? —Lu Xinyi hizo un puchero mientras le daba un codeaba a su esposo para llamar su atención.
—¿Qué quieres decir? —Shen Yi tomó su maletín y se aflojó la corbata. Lu Xinyi le dio una palmada en la mano y la apretó un poco.
—Aguanta hasta que termines tu reunión
Shen Yi soltó un quejido, no le gustaba la idea de esperar hasta que pudiera quitarse la corbata. Nunca entendería por qué se convirtió en una especie de norma para los hombres de negocios como él usar una.
—¿Estabas preguntando acerca de…? —le recordó.
—Oh, sí. Sobre tener un pequeño bollito…¡eso no es parte del trato! —Lu Xinyi resopló antes de darse la vuelta para llevarse sus zapatos de goma.
Habían hablado con Madame Jin, y Shen Yi le pidió que no le relevara su matrimonio a su familia. Aún no estaban listos para enfrentar las preguntas e interrogatorios. Claro, él sabía que su familia no se atrevería a lastimar a su esposa mientras que él no estaba, pero preferiría no darles ninguna razón para lastimarla.
—Lo sé, solo lo dije para que ella no te cuestionase en el futuro.
Lu Xinyi estaba realmente enojada, y su falta de conversación hizo que Shen Yi se sintiese culpable.
—Está bien. Lo siento. No lo haré de nuevo si no te sientes cómoda con el tema. Déjame lidiar con mi familia si alguna vez te preguntan al respecto —concedió Shen Yi. Él preferiría verla enojada y hablando que haciéndole la ley del hielo.
Lu Xinyi se ató los cordones de los zapatos y levantó la cabeza hacia su marido. Esta era la primera vez que Shen Yi se disculpaba con ella. Para ser honesta, ella no estaba realmente enojada con él. Era solo que nunca hablaron de eso, y ninguno de los dos había mencionado el tema hasta ahora.
—Shen Yi, un año es bastante tiempo para que nos llevemos bien y nos conozcamos. No necesitamos apresurar las cosas entre nosotros —dijo Lu Xinyi con toda seriedad.
Con todo el coqueteo y las bromas que compartían entre sí, ella sabía que se estaba familiarizando más con Shen Yi. Vivir en la misma casa que él no era tan difícil como ella creía que podía ser.
—Lo sé—respondió Shen Yi, tratando de ocultar el malestar en sus ojos—. Solo dime si te hago sentir incómoda o si cruzo la línea. No quiero lastimarte ni ofenderte de ninguna manera.
Él no había tenido el valor de preguntarle si le importaría si él la esperaba. Esperaba a que ella lo reconociera y lo viera como esposo más allá de los papeles. Shen Yi se preguntaba si cambiaría de opinión si él daba un paso adelante en su relación.
—Lu Xinyi, ¿puedo tenerte para siempre? —Esta era realmente la pregunta que quería hacer, pero temía la respuesta.
Pero él sabía que ella tenía razón. Fue demasiado pronto. Ella claramente no estaba lista para abrirle su corazón a alguien más. Teniendo en cuenta que su última relación la había lastimado gravemente, supuso que solo podría esperarla hasta que ella estuviera lista.
—Átate bien los cordones. No quiero que le caigas encima a otra a persona —dijo, tratando de cambiar el indeseado ambiente.
Lu Xinyi se levantó y golpeó la punta de sus zapatos contra suelo antes de levantar la cabeza para mirarlo a los ojos.
—No tienes que preocuparte por eso, pero, ¿me atraparás si caigo?
El silencio entre ellos fue desconcertante, como si Lu Xinyi estuviera tratando de decirle algo indirectamente. Sus palabras...¿acaso quiso decir...? ¿Le estaba pidiendo que la esperara?
Shen Yi dio un paso adelante y tomó su mano sin romper el contacto visual. Le besó la palma antes de posarla en su mejilla.
—Siempre —le susurró.
—Tengo miedo —confesó Lu Xinyi. Casarse con él no estaba en su plan original. ¿Qué tal si había tomado la decisión equivocada? ¿Qué tal si esto le traería más angustias que su relación anterior? No tenía idea de qué le había dado el coraje para casarse con un extraño.
—¿Por qué? —sus ojos estaban tratando de encontrar respuestas.
¿Se arrepentía de haberse casado con él? ¿Se iría?
—No tenía miedo de no casarme, pero tengo miedo de casarme con la persona equivocada. Sé que esto es solo un trato entre los dos, para resolver los problemas que nosotros solos no pudimos, pero…
—Está bien. Entiendo —Shen Yi soltó su mano y se dirigió hacia la puerta principal. Él no podía culparla, pero no sobrepasaría sus límites.
—No eres un error.
Esas palabras hicieron que Shen Yi detuviera sus pasos.
—No rechazaré mi decisión. Te juraré mi lealtad como esposa.
Shen Yi se dio vuelta y rápidamente le agarró la mandíbula para que lo encarara. Había algo diferente en sus ojos. No había ningún indicio de alegría ni malicia en sus ojos oscuros. Estaba dejando que Lu Xinyi viera el otro lado de él que la mayoría de la gente conocía y reconocía.
—Lu Xinyi, ¿sabes que soy un hombre posesivo? No comparto lo que es mío —Shen Yi le susurró al oído antes de mirar fijamente su rostro con pasión, como si quisiera devorarla por completo—. Pero honraré mis palabras. Después de un año, si quieres divorciarte, te permitiré que te vayas, pero no habrá una próxima vez.
Lu Xinyi no era estúpida. Obviamente sabía que el juguetón Shen Yi que había conocido era solo una cara de la moneda. Ella le sonrió brillantemente, confundiendo a su marido y haciendo que su corazón se detuviese por un segundo.
—Pero qué coincidencia, querido. Somos iguales —respondió ella, una mirada fría reemplazó el desafío en sus ojos. Ella apartó su mano para liberar su rostro de su agarre y agarró su collar para ponerlo cara a cara.
—Engáñame y te castraré vivo
—Wow, no estabas satisfecha con solo mirarlo, ¿ahora quieres tocarlo también?
Los ojos de Shen Yi se iluminaron antes de darle una sonrisa furtiva. Las mejillas de Lu Xinyi se sonrojaron. Él era tan descarado; ella no sabía cuánto tiempo más podría soportar.
Ah, ella realmente merecía ser su esposa si podía enfrentarse a su temperamento.
—¿Qué pasa? —preguntó ella, notando la diferencia en su expresión otra vez.
—Lu Xinyi…—Shen Yi hundió su cara en un lado de su cuello, respirando su aroma familiar—. Te deseo. Todo de ti. Pero primero me ganaré tu corazón, después te haré mía.