—¡Niall! —Sabrina gritó mientras abrazaba fuertemente a su hermano frente a la sede de las Puertas del Cielo.
El aliento de Nial casi se le escapó mientras ella lo rodeaba fuertemente con sus manos y por un segundo luchó para mantenerse consciente.
—¿Pero qué clase de fuerza es esa? —se preguntaba mientras continuaba soportando el abrazo de su hermana. Ella todavía estaba cubierta con una túnica de ocultamiento y un velo le cubría la mitad inferior de la cabeza pero eso no importaba. Nial aún podía reconocer que ella era su hermana.
Se sintió aliviado de haberla encontrado y sonrió ampliamente a pesar de la fuerza aplastante con la que Sabrina lo abrazaba. El dolor era algo que soportaría con gusto.
—¿Cómo has estado, pequeño monstruo? —Nial preguntó en tono amable mientras le daba palmaditas suavemente en la espalda a Sabrina.