No había razón para que Matías y Nial avanzaran hacia el centro de la Isla, por ahora.
Bella dormía profundamente, y preferían evitar ser atacados en lugar de enfrentarse a alguien hostil.
Por lo tanto, los dos jóvenes habían decidido abandonar el pequeño campo de batalla y encontrar un lugar bastante seguro sin demasiadas bestias alrededor.
Tenían que investigar los armamentos que habían encontrado en el cadáver del Chamán Goblin Menor.
Pero eso no era todo, ya que habían revisado y vaciado por completo la pequeña base de los Duendes, sin dejar nada valioso atrás.
Contentos con el desenlace de la batalla, los dos caminaban por el bosque y compartían su opinión sobre la situación dada.
—¿Crees que un tipo de bestia más inteligente está detrás de esto? ¿Que hay alguien más que está ayudando a los Duendes a avanzar? —preguntó de repente Matías.