—¿Qué diablos hiciste? —preguntó Ophelia con voz entrecortada, pero Nial solo pudo sonreír extrañamente.
—¿De verdad no sabes lo que hice? —preguntó él a cambio, lo que hizo que Ophelia gruñera.
—Claro que sé lo que hiciste, pero ¿cómo sabes de esta constelación rúnica? No pude percibirla bien antes pero ¿no es esa la única constelación rúnica [Bendición del Trueno]? —Ophelia estaba asombrada y no podía expresar sus emociones, para nada.
Ophelia era una de los pocos Runicistas que sabían acerca de constelaciones rúnicas, como la [Bendición del Trueno], mucho más de lo que cualquiera podría imaginar. Había pasado la mayor parte de su vida dentro de la biblioteca de la raza Draco aprendiendo sobre sus complejidades.
Por lo tanto, sabía que alguien como Nial no se suponía que conociera la constelación rúnica de la [Bendición del Trueno]. Incluso conocer la existencia de constelaciones rúnicas como la [Bendición del Trueno] no debía terminar en manos de alguien tan novato como Nial.