«Esto será complicado», pensó Noah mientras inspeccionaba las áreas alrededor de la estructura congelada.
El mundo aún tenía algunas criaturas de rango 6, y no dudarían en asaltar el hielo cuasi-rango 7 una vez que sintieran que el área estaba segura. Noah necesitaba asegurar sus ganancias, pero primero tenía que lidiar con el Segundo Príncipe.
El Real había elegido la peor situación posible para atacarlo. Las desventajas de su ambición habían dejado a Noah extremadamente débil, y esa batalla solo marcaría el comienzo de otros combates.
«En fin», concluyó Noah mientras soltaba un suspiro de impotencia, «Hora de sufrir una herida».
Las copias del Segundo Príncipe unieron sus manos para condensar llamas más fuertes y preparar un ataque que pudiera atravesar el cuerpo de Noah, pero un aura intensa de repente llenó el área.