Tras separarse de las chicas, las cuales exclamaban por un baño, Tony, ahora un Chunin, se dirigía al complejo Senju con una mezcla de emoción y determinación. Había pasado mucho tiempo desde que había comenzado su viaje en el mundo ninja, y cada paso que daba lo acercaba más a sus objetivos. Mientras caminaba por las calles de Konoha.
Al llegar al complejo Senju, varios de sus clones de sombra estaban trabajando arduamente para reacondicionar el lugar. Las paredes estaban siendo reparadas y los jardines cuidados; era evidente que la nueva familia Senju estaba comprometida con restaurar su hogar a su antigua gloria.
La barrera del complejo le permitió entrar sin problemas, y al cruzar el umbral, fue recibido por un ambiente familiar y acogedor. En el interior, encontró a Naruto sentado en una mesa, concentrado en un libro de historia shinobi mientras hacía su tarea de la academia.
La imagen del pequeño ninja sumido en la lectura le sacó una sonrisa.
Cuando Naruto levantó la vista y vio a Tony vestido con el chaleco verde de Chunin, sus ojos se iluminaron de emoción. "¡Tony! ¡Eres un Chunin ahora!" exclamó, dejando caer su libro sobre la mesa mientras corría hacia él.
"¡Sí! "¡Lo logré!" respondió Tony con una sonrisa amplia. "Y tú también estás haciendo tu tarea. "¿Cómo va eso?" Naruto frunció el ceño un momento antes de encogerse de hombros. "Es aburrido", admitió. "Pero tengo que aprender sobre los grandes ninjas del pasado si quiero ser Hokage algún día de veras."
"Eso es cierto", dijo Tony mientras se agachaba para estar a la altura de Naruto. "Los grandes ninjas tienen historias increíbles que contar. "¿Te gustaría que te contara sobre algunos de ellos?.
Los ojos de Naruto brillaron con curiosidad. "¡Sí! ¡Por favor!"
Tony tomó asiento junto a él y comenzó a relatarle historias sobre ninjas legendarios como Hashirama Senju y Madara Uchiha, así como sobre héroes contemporáneos como Minato Namikaze y Jiraiya. Mientras hablaba, notó cómo Naruto se sumergía en cada palabra, imaginando las hazañas heroicas y los desafíos que enfrentaron esos grandes ninjas.
Después de un rato, Naruto interrumpió emocionado: "¡Quiero ser tan fuerte como ellos! "¡Quiero proteger a todos mis amigos!".
"Y lo serás", afirmó Tony con confianza. "Solo necesitas seguir entrenando duro y nunca rendirte."
Mientras continuaban conversando, Tony sintió una oleada de responsabilidad hacia Naruto. Sabía que debía prepararlo no solo para convertirse en un gran ninja, sino también para enfrentar los desafíos emocionales que vendrían con su vida como shinobi.
De repente, uno de los clones apareció junto a ellos y dijo: "jefe, hay algo importante que debes saber." Intrigado, Tony se volvió hacia el clon. "¿Qué sucede?"
"Movimientos inusuales en las aldeas vecinas", explicó el clon. "Parece que algunos grupos de nukennin están planeando interferir en el tratado de paz entre Kumo y Konoha después de que secuestren a la princesa Hyuga".
El corazón de Tony se hundió al escuchar esto. Sabía que si no actua podría llevar a conflictos devastadores.
Miró a Naruto y luego al clon nuevamente. "Debo informar al Hokage inmediatamente", dijo Tony con resignación. "No podemos permitir que esto afecte nuestra aldea ni a nuestros amigos."
No era un secreto que Tony había tomado bajo su ala a la pequeña Hinata desde aquel invierno. Desde el día en que la había encontrado llorando en el parque, la niña había comenzado a seguirlo a escondidas, observándolo mientras entrenaba y ayudaba a otros ninjas en Konoha. Aunque al principio se sentía un poco incómodo con la idea de ser un modelo a seguir para una niña tan joven, pronto se dio cuenta de que su presencia le traía alegría y propósito.
Un día, mientras Tony estaba entrenando en el campo de entrenamiento, notó que Hinata lo miraba desde detrás de un árbol. Con una sonrisa, decidió invitarla a unirse a él. Desde entonces, comenzaron a compartir momentos juntos; él le enseñaba técnicas básicas de combate y ella le contaba sobre sus sueños y miedos. Era una relación especial que ambos valoraban profundamente.
Finalmente llegó a la torre del Hokage y entró en la oficina de Hiruzen. Al abrir la puerta, vio al anciano Hokage escondiendo rápidamente un libro naranja bajo su escritorio mientras saludaba nerviosamente.
"Ah, Tony", dijo Hiruzen con una sonrisa forzada. "¿Qué te trae por aquí hijo?".
"Necesito hablar contigo sobre algo importante", respondió Tony sin rodeos. "He obtenido información sobre movimientos inusuales entre las aldeas vecinas y creo que debemos actuar antes de que sea demasiado tarde y konoha salga perjudicada".
Hiruzen frunció el ceño al escuchar esto y dejó el libro a un lado. "¿Qué tipo de movimientos? ¿Tienes información específica tony?"
Tony explicó lo que había oído sobre posibles planes para interferir con el tratado de paz entre Kumo y Konoha, además de la posible apuñalada de Kumo a Konoha. A medida que hablaba, Hiruzen escuchaba atentamente, tomando notas mentales sobre cada detalle.
El Tercer Hokage escuchó atentamente a Tony mientras este le explicaba sobre movimientos inusuales entre las aldeas vecinas. Sin embargo, al finalizar su relato, Hiruzen frunció el ceño y preguntó con curiosidad."¿Cómo obtuviste esta información, Tony?" Tony sonrió de manera enigmática y respondió, "¿Qué tan útiles crees que son los cuervos de madera?".
Sin esperar una respuesta, colocó su mano sobre el escritorio del Hokage. En un instante, un cuervo de madera surgió de la superficie, tomando forma con una precisión sorprendente. El cuervo se movía con agilidad y parecía casi real; sus ojos brillaban con una chispa de vida.
Hiruzen observó con asombro mientras el cuervo aleteaba suavemente antes de posarse en la mano de Tony. "Esto es impresionante", dijo el Hokage, admirando la técnica. "¿Qué es exactamente?".
"Es una combinación de Moku Bunshin y Kage Bunshin", explicó Tony. "Utilizo el jutsu de transformación para darle forma a los cuervos de madera que creo, pero en sí son clones. Puedo enviar estos cuervos a diferentes lugares para recopilar información sin ser detectado, siendo más un cuervo común para los demás".
El Hokage asintió lentamente, comprendiendo la utilidad de tal técnica. "Así que has estado utilizando tus habilidades para obtener información".
"Exactamente la información es poder sensei", continuó Tony. "Los cuervos pueden infiltrarse en reuniones y escuchar conversaciones sin levantar sospechas."
Hiruzen se reclinó en su silla, pensativo. "Esto es más grave de lo que imaginaba. "Necesitamos actuar rápidamente para proteger nuestra aldea y asegurar que el tratado se mantenga".
Tony sintió un impulso de alivió al ver la seriedad en el rostro del Hokage. "Creo que deberíamos reunir a los líderes del consejo y discutir esto más a fondo.
La sala del consejo estaba llena de tensión. Los miembros más influyentes de Konoha se habían reunido para discutir la información sobre los movimientos sospechosos de Kumogakure. Hiruzen, sentado en la cabecera de la mesa, miraba a cada uno de los presentes con seriedad.
"Como todos han sido informados", comenzó Hiruzen, "hemos recibido informes sobre un posible plan de Kumogakure para interferir con el tratado de paz. Aunque no podemos revelar nuestras fuentes, es crucial que tomemos medidas preventivas".
Los murmullos comenzaron a circular entre los miembros del consejo. Algunos expresaban su preocupación por la seguridad de la aldea, mientras que otros cuestionaban si era prudente actuar sin pruebas concretas.
"Debemos estar preparados para cualquier eventualidad", dijo Homura, ajustando sus gafas. "Si realmente están apuntando a los Hyuga, debemos proteger a su clan a toda costa".
Tony, sentado en el lado del asiento Senju, escuchaba atentamente las discusiones. Sabía que la situación era delicada y que cada decisión podría tener repercusiones significativas. Finalmente, decidió intervenir.
"Si me permiten", dijo Tony levantando la mano. "Creo que deberíamos considerar una trampa para atraer a nuestros enemigos y así poder enfrentarlos antes de que puedan llevar a cabo sus planes y pedir remuneración".
Los miembros del consejo se volvieron hacia él, algunos sorprendidos por su audacia. "¿Y cómo propones hacerlo?", preguntó Koharu.
Tony tomó una respiración profunda y sacó un dispositivo rectangular de su bolso: una cámara de seguridad que había sido desarrollada recientemente y puesta en las calles de Konoha. "Con esta tecnología, podemos monitorear áreas estratégicas alrededor del clan Hyuga y detectar cualquier movimiento sospechoso".
Un silencio incómodo llenó la sala mientras todos miraban el dispositivo con curiosidad.
Luego, uno de los miembros del consejo se llevó una mano a la cara en un gesto de frustración. "¡Cómo pudimos olvidar esto! Con las cámaras instaladas, podremos tener una vigilancia constante sin arriesgar vidas innecesarias, además de tener todo grabado".
Hiruzen sonrió levemente al ver cómo la idea comenzaba a tomar forma en las mentes de los demás. "Es cierto; esta tecnología puede ser nuestra mejor defensa. "Si logramos establecer un sistema de vigilancia eficaz, podremos anticiparnos a cualquier excusa de Kumo".
Las discusiones comenzaron nuevamente, pero esta vez con un enfoque renovado. Los miembros del consejo empezaron a intercambiar ideas sobre cómo implementar el sistema de cámaras y coordinar esfuerzos para proteger al clan Hyuga.
Tony sintió una oleada de satisfacción al ver cómo su propuesta estaba siendo bien recibida. Sabía que había dado un paso importante hacia la protección no solo del clan Hyuga, sino también de Konoha en su conjunto.
A medida que la reunión avanzaba y se trazaban planes concretos, Tony se dio cuenta de que su papel en este mundo ninja estaba evolucionando rápidamente. Ya no era solo un espectador; estaba contribuyendo activamente a la seguridad y el futuro de su nuevo hogar.
El plan estaba en marcha. Después de intensas discusiones y preparativos, el consejo había decidido que, cuando los ninjas de Kumogakure intentaran secuestrar a alguna de las hijas del clan Hyuga, Hiashi Hyuga les dejaría un clon para engañar a sus atacantes. Además, se instalarían cámaras de seguridad para grabar todo el incidente y un grupo de ninjas estaría listo para neutralizar a los intrusos.
Finalmente, llegó el día que todos temían y esperaban al mismo tiempo. La atmósfera en Konoha era tensa, pero todos estaban preparados. Los miembros del clan Hyuga estaban alertas, y Tony se encontraba entre ellos, listo para actuar si la situación lo requería.
Mientras tanto, en una reunión secreta en Kumogakure, el representante que había traído el tratado de paz discutía con su equipo sobre cómo llevar a cabo el secuestro. Sin embargo, no sabían que Konoha había anticipado sus movimientos.
En un momento dado, un clon de Hinata estaba jugando cerca de su hogar bajo la atenta vigilancia de un guardia también creado como clon. Todo parecía tranquilo hasta que los ninjas de Kumogakure hicieron su movimiento. Con rapidez y sigilo, se acercaron al clon de Hinata y lo capturaron.
El guardia clon activó su alarma interna y se preparó para actuar. "¡Alto!" gritó mientras se movía hacia los atacantes, los cuales nunca esperaron tener medio Konoha encima.
Sin embargo, uno de los ninjas de Kumogakure levantó su kunai hacia el clon de Hinata. "¡Déjenos o la mataré!", amenazó con voz temblorosa.
Pero justo cuando parecía que todo estaba perdido para el clon, este explotó en una nube de humo negro. Era parte del plan; el verdadero Hinata estaba a salvo en otro lugar.
El representante de Kumogakure se quedó paralizado por la sorpresa al darse cuenta de que había caído en una trampa. En ese momento crítico, los ninjas de Konoha saltaron desde las sombras y rodearon al atacante.
"¡Estás acabado!", exclamó uno de ellos mientras inmovilizaban al kumo-nin.
Con el enemigo acorralado y sin salida, fue capturado sin esfuerzo. El grupo de ninjas comenzó a asegurar la zona mientras las cámaras grababan cada momento del enfrentamiento.
Tony observó desde un costado cómo todo se desarrollaba según lo planeado. Sabía que habían logrado proteger al clan Hyuga de caer en una cadena de odio más profunda y demostrar la fuerza de Konoha ante cualquier intento hostil.
Una vez asegurado al representante capturado, Hiruzen fue informado sobre la situación y, para sorpresa del anciano Danzo, Hiruzen no se tentó el corazón al kumo tocar a un infante de Konoha. "Exigiremos una compensación adecuada por este intento fallido", declaró Hiruzen con firmeza ante el consejo reunido nuevamente, el cual rodeaba a los kumonin. "Kumogakure debe entender que no toleraremos tales acciones".
La victoria fue celebrada en Konoha como un recordatorio del poder del trabajo en equipo y la preparación estratégica. Tony sintió una profunda satisfacción al saber que había contribuido a mantener la paz en su hogar y proteger a aquellos que le importaban.
A partir de ese día, Konoha no solo reforzó sus defensas, sino también sus alianzas; sabían que siempre debían estar listos para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir en el futuro.
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