Al entrar a la habitación, ocurrió un mensaje inesperado, pero la puerta detrás de Quinn se cerró instantáneamente. Juzgando por lo que le había pasado a Vorden, ahora no había nada que pudiera hacer hasta que el juicio estuviera completo.
—¿Esa cosa acaba de decir juicio dos? —Preguntó Layla—. ¿Y no juicio uno?
Todos pensaban lo mismo. Al entrar, pensaron que el robot reconocería a Quinn como un nuevo sujeto. Comenzando el proceso desde el principio.
Viendo que este no era el caso, Logan naturalmente buscó respuestas. Colocó su mano en el terminal, tratando de comunicarse con él una vez más. Las máquinas, los robots, todos seguían un conjunto de códigos, instrucciones, reglas.
Sin embargo, solo se encontró con decepción. Una vez más, le recordaron cómo éste extraño ordenador parecía tener mente propia. Haciendo cosas fuera de lo común.