La multitud estalló en carcajadas y la villa se llenó de bulliciosas risas.
Shen Tian parecía estar muy satisfecho con la situación. Dirigió a Qin Yu una mirada provocativa: —¡Caramba, me resulta realmente difícil imaginar que un hombre pueda vivir una vida tan humillante!
Las voces burlonas de la multitud continuaron:
—Sí, ser cornudo durante tres años y tener que seguir soportándolo es demasiado patético…
—Qin Yu realmente vive una vida de mierda y es demasiado débil.
Mirando a su exesposo, Su Yan sintió una explosión de placer.
Con una expresión gélida en su rostro, Qin Yu no pudo evitar sacudir la cabeza: —Su Yan, en lugar de avergonzarte, estás orgullosa. ¿Cómo puedes ser tan tonta?
Su Yan dejó escapar un ligero resoplido: —Tú eres el que debería estar avergonzado, no yo, así que ¿de qué tengo que tener miedo?