Esta frase fue como un martillo, golpeando fuertemente en la cabeza de Rong Shengsheng, dejándola completamente atónita. Hacía tiempo que había relegado ese asunto al fondo de su mente, sin considerar jamás ser su mujer.
Que Li Hanxian dijera esto de repente la asustó tanto que casi se queda sin aliento.
—Yo... yo nunca he pensado de esa manera, Presidente Li, puede estar seguro de que incluso si fuera el último hombre en la Tierra, no lo consideraría.
No bien Rong Shengsheng terminó de hablar cuando sintió un toque de arrepentimiento. Debería haberle dejado algo de dignidad a Li Hanxian. ¿Y si se enfadaba...?
Después de todo, era conocido por ser mezquino...
El ánimo de Li Hanxian se agrió al escuchar las palabras de Rong Shengsheng, sintiendo una incomodidad indescriptible.
Tiró de su corbata molesto, sus rasgos afilados parecían distantes y fríos. —Tu período de prácticas está por terminar, ¿no es así?
—Sí...