Volvemos a encontrarnos, amable lector.
Sé que quizá es demasiado pedirte que leas un preámbulo y mis agradecimientos, pero hay unas cuantas cosas que quería decir y que no he podido incluir al principio sin estropearte la diversión de la lectura.
Cómo ya habrás notado, te metí el susto de tu vida, o al menos eso espero. No me he mantenido fiel a la historia original en la conclusión de esta trilogía, y la verdad es que no me arrepiento. Ha sido muy emocionantes, y he disfrutado enormemente escribiendo este final de Life and Death.
Pero déjame aclarar rápidamente que el hecho de que los Cullen hayan ganado la pelea contra los Vulturis y que hasta hayan construido un nuevo régimen, no fue solo porque haya querido tener un final feliz y que a la vez fuera poco probable. Este cambio tampoco quiere decir que prefiera este final al original, ni que piense que el original esté «equivocado». Esta siempre ha sido la gran estrategia que tenía planeada desde antes de que comenzara a escribir mi versión de Crepúsculo y es que de hecho, fue el mismísimo Edward Cullen el que me dio la idea.
Si no me creen, lo cito:
«[…] Deberías haber visto qué aspecto ofrecíamos a sus ojos. Alec priva a las víctimas de los sentidos y los sentimientos mientras se celebra el simulacro de juicio. Así nadie sale por pies cuando se anuncia el veredicto. Pero nosotros seguíamos allí: preparados, alerta y en superioridad, y teníamos dones sobrenaturales de nuestra parte mientras que Bella anulaba los suyos. Aro sabía que, al tener a Zafrina de nuestro lado, eran ellos quienes iban a quedarse ciegos en cuanto comenzara el combate. Estoy seguro de que habríamos sufrido unas pérdidas terribles, pero las suyas no habrían sido menores, y existía una alta posibilidad de que ellos perdieran. Nunca antes se habían enfrentado a esa eventualidad y no estaban dispuestos a hacerlo ahora.»
Y así, fue como me di cuenta de que si llevaba a cabo la misma batalla que sucede en la película, los Cullen iban a ganar. Aunque bueno, no me parecía justo que los vampiros se quedaran sin un gobierno que procurara llevar a cabo dichas reglas, fue por ellos que regresé a Dídima y me apiadé del pobre de Marco, ya había sufrido bastante. En el libro original mencionan que los Vulturis volverían y que querrían cazar a todos, por separado. Así que, de que iban a ser un problema, iban a serlo.
Hay mucha felicidad en la boda de Beau y Edward, en la eliminación del bloque tambaleante que los separa mucho antes que en el original, pero también hay una enorme tristeza. Como humano y vampiro, Beau tuvo que soportar mucho más dolor que Bella, pero al final estoy seguro de que él mismo diría que valió la pena. Beau saldrá adelante —y mucho más que eso, será muy feliz— pero siempre tendrá un gran remordimiento por haber perdido a su padre.
Así que este es el final de la historia de Beau y Edward. Espero que hayas disfrutado de esta nueva mirada a Crepúsculo, que en realidad no es tan distinta (salvo por la mirada fantasiosa que le di, de la que no me arrepiento).
Y de nuevo, gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar estas historias en estos meses.
¡Gracias!
A.L. Guerrero
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