Al escuchar las palabras de Ling Feng, un destello de realización cruzó los ojos de la Santa Di Anfu, y su corazón finalmente comprendió la verdad: ¡toda la conversación anterior había sido simplemente un preludio a este momento!
Ella se había estado preguntando por qué Ling Feng había interferido repentinamente con sus planes, por qué había buscado tan irracionalmente perturbar su estrategia—¡su meta última no era entrometerse en sus aventuras sino asegurar alguna asistencia de la Iglesia!
Sin embargo, después del intercambio que acababan de tener, Ling Feng se transformaría de un simple peticionario en un socio, ¡un cambio que no se debía mencionar en la misma frase!
—Pero, ¿qué quiere este miserable? —La ruta circunvalar que Ling Feng había tomado dejó a la Santa Di Anfu sintiéndose inquieta.
—¿Entonces estás diciendo que debemos formar una alianza contigo? —dijo la Santa Di Anfu con voz profunda.