Al día siguiente, Dani continuó con su rutina de trabajo habitual, asistiendo a la Reina.
—Entonces, ¿a qué hora piensas reunirte con Laura? ¿Puedo ir yo en su lugar? —intentó convencer Krisha a Dani mientras organizaban algunos documentos dentro de la oficina de Mineah.
Dani rodó los ojos. Sólo podía agradecer a sus estrellas de la suerte que Zalla no estuviera allí con ellas y solo tuviera que lidiar con Krisha.
—Más tarde... Y no, no puedes. Tengo mis razones para reunirme con Laura, Krisha, así que por favor deja de preguntarme sobre eso. Termina amablemente este trabajo y mira si hay algo más con lo que puedas ayudar. Me iré ahora —dijo antes de dejar a Krisha sola. Estaba segura de que para entonces Abel ya estaría de camino a su residencia, así que caminó hacia allá.