—¡Ya voy! Gran hermano, déjame enfrentarlo.
El león de nueve cabezas era como una cordillera móvil avanzando a través del ejército enemigo y haciendo a un lado las Formaciones de Guerra de Pangu, Dragones de Lluvia y Castigadores Celestiales en su camino. Aunque el segundo hermano de los tres Dioses Monstruos Malignos del Monte Devorador de Dragones, ese feo dragón con cuernos rotos, en realidad era más ágil que los otros tres, encontró difícil cruzar el campo de batalla. No era tan rápido como el león de nueve cabezas de aspecto torpe. Ji Ning podía sentir el espacio a su alrededor temblando. Miró de reojo y al instante vio que el león de nueve cabezas se dirigía directamente hacia él. No pudo evitar sentirse sorprendido.
—¿Él? El más poderoso de los tres Dioses Monstruos Malignos... El león de nueve cabezas.