—Estaba duro todo el tiempo, cariño —dijo él.
Fil apretó sus labios, sintiendo el calor en su palma a través de la tela de sus pantalones. Sus mejillas se calentaron, tragando un bocado de aire. Jackson decía la verdad. Estaba duro, y su bulto parecía como si estuviera gritando por ser liberado.
—Te usaré… otra vez —susurró ella, con la mirada fija en la suya—. Te necesito para poder resolver las cosas.
Un brillo cruzó por sus ojos mientras sus párpados se entornaban peligrosamente. —Eso está mejor —él dilató seductoramente, inclinándose hacia adelante.
Fil tomó una respiración profunda, cerrando sus ojos mientras anticipaba sus labios suaves sobre los suyos. La espera no fue larga ya que él aspiró su aliento, reclamando sus labios tan suavemente como pudo. Ella podía sentir su excitación y autocontrol mientras él mordía su labio inferior, su mano trepando por el costado de su cuello y mandíbula.