Capítulo 4: Capítulo 4. "El Comienzo del Aislamiento de Ryo".
Ryo abrió los ojos en la oscuridad de su refugio subterráneo en Amegakure. El mundo ninja, una realidad que alguna vez fue solo un anime para él, ahora era su nuevo hogar. Con solo 7 años y apenas 4 meses desde que fue "renacido" en este mundo hostil, entendía una cosa clara: no podía confiar en nadie. El idealismo y las aventuras que había visto en las historias del mundo ninja eran solo una pequeña parte de la realidad. Aquí, la traición estaba a la vuelta de cada esquina, y el poder lo era todo.
Desde su llegada, el sistema que lo acompañaba había sido su única compañía, guiándolo y proporcionándole acceso a un vasto conocimiento. Era como un consejero omnipresente y un fiel ayudante, un regalo que le daba cierta ventaja sobre otros. Pero incluso con esta ayuda, sabía que aún era débil.
El sistema lo había ayudado a crear un espacio mental, un mundo donde él tenía control total. Allí, podía moldear el entorno a su voluntad, creando herramientas, armas o incluso escenarios para entrenar. Era un refugio mental donde podía desconectar del mundo real y perfeccionar sus habilidades en paz. Este espacio mental era vital para su progreso, ya que le permitía aprender y practicar sin la limitación del tiempo y el cansancio del cuerpo.
El sistema, con su voz robótica pero serena, interrumpió sus pensamientos.
"Has dormido 8 horas. Tu energía está completa y tus dolencias físicas o mentales han sido curadas", dijo el sistema.
Ryo asintió mientras se sentaba en su cama, sus ojos carmesíes brillando ligeramente en la penumbra, revelando el Sharingan de un tomoe que había despertado meses atrás. A pesar de la sangre Uchiha que corría por sus venas, no confiaba ciegamente en el poder ocular. No era tonto; sabía que depender solo del Sharingan lo haría vulnerable. El poder del clan Uzumaki también fluía dentro de él, dándole una increíble cantidad de chakra y una resistencia física impresionante.
Se levantó, su cuerpo aún pequeño pero endurecido por las semanas de entrenamiento físico que había llevado a cabo. No sabía Taijutsu aún de manera formal, pero realizaba entrenamientos físicos diariamente. Puñetazos, patadas, combinaciones de sombra que había diseñado él mismo para fortalecer su cuerpo joven. Aunque aún no era lo suficientemente hábil para enfrentar a ninjas de alto rango, su crecimiento físico y su inmenso chakra Uzumaki le daban una ventaja.
"¿Qué harás hoy?", preguntó el sistema, su tono siempre neutral.
Ryo caminó hacia la pequeña biblioteca que había descubierto en la casa subterránea. Tomó uno de los pergaminos que aún no había leído. "Hoy continuaré mejorando el control de mi chakra", respondió. A pesar de su juventud, ya había dominado el Jutsu de Clones de Sombra, una técnica avanzada para alguien de su nivel. Sabía que este jutsu le permitiría entrenar de manera más eficiente. Usando clones, podía dividir su atención y acelerar su aprendizaje, asimilando todo el conocimiento de sus copias una vez que desaparecían.
"Has avanzado en control de chakra al nivel básico, pero hay espacio para mejora", observó el sistema. "El ejercicio de caminata por superficies está disponible para continuar tu progreso".
Ryo asintió. "Lo sé. Pero también necesito prepararme para el futuro. No puedo depender solo del control básico de chakra. El sistema lo sabe". Había escuchado sobre técnicas como el Rasengan y otros jutsus avanzados, pero sabía que aún no estaba listo para esas habilidades. Tenía que enfocarse en lo fundamental. Si no dominaba los fundamentos, su poder sería una ilusión.
A pesar de sus pensamientos, había algo en su mente que lo inquietaba. Sabía que, con el tiempo, tendría que abandonar su refugio. No podía quedarse en esa cueva subterránea para siempre. Los ninjas de Akatsuki, Nagato, Konan, Yahiko... todo el caos que vendría con la guerra entre aldeas le daría una oportunidad única para elevarse por encima del resto. Pero para eso, primero debía fortalecerse en las sombras.
Volvió a sentarse en su espacio mental, invocando el escenario de un bosque. Los árboles altos se alzaban a su alrededor, y el sonido del viento llenaba el aire. Sabía que su control sobre este espacio era limitado por su propia mente, pero lo usaba como un campo de entrenamiento infinito. Aquí, no había limitaciones físicas.
Ryo creó tres clones de sombra a su lado. "Entrenaremos el control del chakra mientras caminamos sobre los árboles y el agua. Es la única manera de perfeccionar este aspecto sin destruir mi cuerpo físico".
Concentró su chakra en los pies, equilibrando el flujo para mantenerlo constante. Los clones lo imitaron, caminando por los troncos con precisión. Aunque ya había practicado este ejercicio antes, no lo daba por sentado. El control de chakra era la base de todo. Si no dominaba esta habilidad, los jutsus avanzados serían inútiles.
Después de un par de horas en su espacio mental, sintió que había progresado. Los clones se desvanecieron y la información fluyó de vuelta a su mente. Había aprendido mucho, pero sabía que aún quedaba un largo camino.
"Progreso satisfactorio", comentó el sistema. "Tu nivel de chakra ha aumentado ligeramente. Has mejorado en tu habilidad de caminar sobre superficies".
Ryo, empapado en sudor, se dejó caer al suelo de su refugio. No tenía a nadie más que al sistema para hablar. Nadie más sabía de su existencia en este mundo, y eso le daba una ventaja. El factor sorpresa sería su arma más poderosa cuando finalmente emergiera de las sombras. Pero por ahora, el aislamiento era su mejor aliado.
"Esto es solo el comienzo", susurró para sí mismo mientras se preparaba para su próximo entrenamiento. Sabía que su crecimiento sería lento, pero también sabía que no podía apresurar las cosas. El poder verdadero no se construye en días o meses. Se forja con años de esfuerzo constante, de perseverancia, y de lucha. Y Ryo estaba dispuesto a pagar ese precio.
El sistema, siempre a su lado, le mostró una nueva opción en el menú. "¿Quieres entrenar en técnicas avanzadas de Fūinjutsu?", preguntó. Ryo sonrió para sí. Su herencia Uzumaki lo llamaba, y las técnicas de sellado eran un arte que no podía ignorar.
"Sí", respondió. "Es hora de que empiece a estudiar eso también".
Con esa decisión tomada, su entrenamiento continuaría, paso a paso, sin descanso. Porque Ryo Kuro sabía que el poder no era simplemente algo que se adquiría; era algo que se ganaba. Y él estaba dispuesto a trabajar por ello, sin importar cuánto tiempo le tomara.
Ryo miraba el techo de su escondite subterráneo, sumido en pensamientos sobre su propio progreso. A pesar de todo lo que había aprendido en estos cuatro meses, aún se sentía lejos de su meta final. El sistema lo había guiado bien, pero incluso con ese apoyo, sabía que su fuerza actual no era suficiente para sobrevivir en el despiadado mundo ninja. Cada vez que pensaba en enfrentarse a enemigos reales, sentía que había tanto por aprender, tanto por dominar. Sabía que el peligro acechaba constantemente, y que su anonimato era su mejor protección, pero eso no duraría para siempre.
"Necesito mejorar mis habilidades físicas", murmuró mientras flexionaba sus manos. El entrenamiento de control de chakra lo había ayudado, pero sin una base sólida en Taijutsu, su cuerpo no sería capaz de soportar el uso excesivo del Sharingan, ni de técnicas más avanzadas. Aunque aún no había recibido una instrucción formal en combate cuerpo a cuerpo, los entrenamientos que hacía en solitario —a base de patadas, puñetazos y movimientos repetidos— le habían permitido ganar algo de fuerza y coordinación.
"El sistema me ha dado muchas herramientas, pero yo soy el que tiene que usarlas correctamente", reflexionó mientras se ponía de pie y comenzaba a estirar sus músculos. Era consciente de que no podía depender solo de su chakra o de su Sharingan. El Taijutsu, el combate cuerpo a cuerpo, era algo que todo ninja debía dominar. Decidido a comenzar un entrenamiento más intensivo, se dirigió a la sección de su refugio donde solía entrenar físicamente.
"Sistema, ¿alguna sugerencia para mejorar mi condición física rápidamente?" preguntó mientras comenzaba con una serie de flexiones.
El sistema respondió casi de inmediato: "Recomiendo entrenamiento de resistencia combinado con técnicas de fortalecimiento muscular específicas para mejorar tu Taijutsu. También puedo simular escenarios de combate en tu espacio mental para que te familiarices con las tácticas de lucha".
Ryo asintió, satisfecho con la respuesta. Aunque el sistema no podía hacer el trabajo por él, le proporcionaba las herramientas necesarias para avanzar más rápido. Decidió que, tras su entrenamiento físico, pasaría tiempo en el espacio mental perfeccionando su técnica de Taijutsu.
Después de completar varias series de ejercicios, sintió el ardor en sus músculos. Sabía que el crecimiento físico requería tiempo y esfuerzo constante, pero estaba preparado para el desafío. Luego, se sentó y comenzó a meditar, enfocándose en sentir el flujo de su chakra. Esta rutina era esencial para mejorar tanto su control del chakra como su resistencia.
"Sistema, abre la simulación de entrenamiento de Taijutsu", ordenó con los ojos cerrados, aún concentrado en su respiración.
El entorno a su alrededor se desvaneció mientras su conciencia era transportada a su espacio mental. Al abrir los ojos, se encontró en un campo abierto, el viento agitando su cabello. Frente a él, el sistema había generado un clon que simulaba a un oponente. Era un guerrero hábil, diseñado para empujar a Ryo a sus límites.
Ryo adoptó una postura de combate. Sabía que estos combates simulados eran una excelente manera de afinar sus reflejos y mejorar su agilidad. A pesar de no tener aún experiencia en combate real, la simulación le daba la oportunidad de aprender sin arriesgarse físicamente.
El clon atacó primero, lanzándose hacia él con una serie de puñetazos rápidos. Ryo bloqueó los golpes con movimientos precisos, pero sintió la presión en sus brazos y piernas. El combate físico era duro, y sabía que no podía confiar solo en su Sharingan para salir victorioso.
Durante las siguientes horas, luchó contra el clon una y otra vez. Cada combate le enseñaba algo nuevo sobre sus limitaciones físicas y cómo compensarlas con el uso inteligente del chakra. Sabía que el camino hacia el dominio del Taijutsu sería largo, pero cada pequeño avance lo acercaba más a su objetivo final.
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