Después de una noche ajetreada, Sunny salió del dormitorio con un humor mucho mejor. El aire en el exterior estaba helado y con un frío que penetraba hasta los huesos, pero en realidad se sentía agradable contra sus moretones. Sunny se dirigió hacia el cuartel, tarareando una sencilla melodía por lo bajo. Mientras caminaba, una de sus sombras voló hacia las distantes murallas para comprobar si todo estaba bien allí.
Aparte del hecho de que los soldados estaban miserables por el atroz frío, más de lo habitual, la situación parecía estar bajo control. Dispersos grupos de Criaturas de Pesadilla se lanzaban contra las murallas, algunos más grandes que otros, pero no era nada que el ejército no pudiera manejar.