Todos asumieron que, en este momento crucial, Ren Feifan no diría nada.
Incluso bajo la amenaza de muerte, no admitiría haber hecho tal hecho.
Pero para su sorpresa, Ren Feifan había pronunciado tal sentencia.
Esto era claramente una admisión.
Cai Chongshen se rió y dijo al oficial a su lado —Oficial, ¿escuchaste eso? Este tipo lo admitió. ¿Por qué no lo arrestas ahora?
El oficial parecía bastante confundido. Si bien era cierto que Ren Feifan había admitido, todo el ambiente era un poco extraño. El comportamiento de Ren Feifan de hecho parecía similar al de ese doctor divino escondido de las leyendas.
Llevaba muchos años cumpliendo su deber de manera íntegra y principista, sin perjudicar a una buena persona ni dejar pasar a ningún malhechor.
En cuanto al joven frente a él —¿era bueno o malo?
Esta era la enorme pregunta que se cernía sobre él.
Después de un rato, no pudo evitar preguntar —¿Quieres decir, has curado al paciente de adentro?