Capítulo 29: Una muerte desafortunada

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Ming Fangsu se había suicidado cortándose la muñeca. Todos culparon a Lu Jinhai por ello, ya que creían que la razón del suicidio de Ming Fangsu había sido la desilusión amorosa. Incluso el anciano Lu y Lu Jinhai pensaron lo mismo y se culparon a sí mismos por la tragedia.

Después de ver a su preciosa hija en ese estado, el anciano Ming perdió la racionalidad. Se enfrentó y culpó a Lu Jinhai por el suicidio de su hija y rompió todas las relaciones con la familia Lu. Incluso cortó todas las relaciones comerciales con la Corporación Lu y declaró que el Grupo Ming nunca se asociaría con la Corporación Lu o compartiría alguna relación con la Familia Lu en el futuro. Estaban a punto de pasar casi tres décadas, pero el odio en el corazón del anciano Ming no disminuyó ni un ápice.

Lo que exactamente sucedió en ese momento solo era conocido por la nuera del anciano Ming, Zhang Jie, y la antigua sirvienta en la mansión, Niñera Yun. Todos permanecieron ajenos a la devastadora verdad que estas dos mujeres habían ocultado, una verdad que había separado a dos amigos para siempre.

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Después de un tiempo, Zhang Jie dejó de llorar y Niñera Yun le pasó un vaso de agua. Al oír pasos provenientes de la sala de estar, Zhang Jie se secó los ojos con una servilleta de papel y continuó comiendo, fingiendo estar bien.

—Madre, ¿por qué estás desayunando sola? ¿Dónde están los demás? —Las palabras fueron dichas por el hijo de Zhang Jie, Ming Rusheng.

Al acercarse a la mesa del comedor, Ming Rusheng notó los ojos hinchados y la nariz roja de su madre.

—¿Por qué siento que la atmósfera está bastante caliente hoy? —comentó Ming Rusheng.

—Es verano, así que es bastante obvio sentir el calor —dijo Zhang Jie mientras continuaba comiendo, evitando mirar a su hijo.

Ming Rusheng se acercó a su madre y recogió la tarjeta de invitación en la mesa. —Así que por esto la temperatura está subiendo esta mañana. Esta familia Lu de nuevo —suspiró.

—No prestes atención a cosas innecesarias. Siéntate y desayuna —La voz de Zhang Jie estaba en un tono alto.

—¿Por qué te está regañando mamá temprano en la mañana, hermano Rusheng? ¿Qué hiciste para enojarla? —Esa fue la hija de Zhang Jie y la hermana menor de Ming Rusheng, Ming Lan, que también vino a desayunar.

—El mérito es de la familia Lu —respondió Ming Rusheng mientras llenaba su plato de comida.

—¿Qué pasó? Y realmente, mamá, ¿por qué nuestra familia los odia tanto? ¿Qué pasó exactamente? —preguntó Ming Lan mientras se sentaba en la silla junto a su hermano.

Zhang Jie ignoró las preguntas de su hija y continuó comiendo.

—No preguntes. He intentado obtener una respuesta solo para ser ignorado y silenciado —comentó Ming Rusheng mientras observaba a su madre inusualmente callada.

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Aún así, no hubo reacción alguna por parte de su madre, así que dirigió su mirada a su hermana y añadió:

—Aunque no sé la razón, yo también odio a la familia Lu.

—¿Por qué? —preguntó Ming Lan.

—No lo sé. Creo que el odio hacia la familia Lu corre por nuestra sangre —respondió Ming Rusheng.

—Pero yo no siento eso. Veo a Lu Lian y Lu Bao todos los días en la escuela, y esos dos son realmente agradables —comentó Ming Lan sin darle mucha importancia.

—Simplemente mantente alejada de ellos. Odio especialmente a su hermano desde que estaba en la escuela. Ese arrogante e ignorante Lu Qiang —su voz estaba llena de odio.

—¿Eh? —Ella miró a su hermano con una expresión interrogativa.

—¿Qué? —preguntó él.

—¡Nada! Creo que él es bastante simpático y también guapo —murmuró Ming Lan, pero su hermano pudo oírla de todos modos.

—No olvides que solo nos está permitido odiarlos pero no enamorarnos de ellos —advirtió Ming Rusheng.

—¿Y yo cuándo hice algo así? ¿Por qué estás enojado? —Sus ojos se llenaron de culpa. En realidad, ella también estaba algo asustada.

—Solo estoy previniendo lo negativo —La miró directamente a los ojos, advirtiéndola.

La mirada en los ojos de su hermano la asustó aún más. No discutió y continuó comiendo con la cabeza agachada.

Zhang Jie estaba sumida en sus pensamientos como para prestar atención a lo que estos dos hablaban, pero había escuchado las palabras de su hijo sobre odiar a la familia Lu, lo que la enojó.

—Lo que pasó en el pasado no es asunto tuyo. Eso es un asunto entre los mayores. Ustedes, los jóvenes, no deben preocuparse por ello. ¿Entendido? —advirtiendo, Zhang Jei dejó la mesa del comedor sin terminar su desayuno.

Ellos solo podían mirar la espalda de su madre enojada retirándose, y ninguno pudo hablar más. Sabían que el asunto de hace años debió haber dejado una cicatriz en la familia hasta el punto de que nadie quería mencionarlo frente a ellos. Calladamente continuaron con su desayuno, aún pensando en el extraño comportamiento de su madre.

Ming Rusheng y Lu Qiang estuvieron en la misma escuela, pero Ming Rusheng era un año mayor que Lu Qiang. Ming Rusheng odiaba a Lu Qiang desde sus días de la escuela secundaria. ¿Por qué? Ni él mismo lo sabía. Podría ser por la amarga relación entre sus familias. Solo sabía que algo sucedió en el pasado que afectó a su familia, y la familia Lu tenía algo que ver con eso.

Ming Lan era una chica inocente que no estaba interesada en el pasado. Sabía tan poco como su hermano. Ella conocía a las dos chicas de la familia Lu y pensaba que eran buena gente y agradables, pero se detuvo de ser amiga de las chicas debido a los conflictos familiares. Era evidente que sentía algo por Lu Qiang, pero nunca podría sacar el tema frente a su familia, asustada por la reacción de su hermano mayor y el odio hacia Lu Qiang.

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