Lo que Shaun había estado esperando durante décadas por fin se había hecho realidad. Se sentía una excitación sin precedentes.
Gritó Shaun, y sus subordinados le siguieron:
—¡La Deidad Jordan es poderosa!
—¡La Deidad Jordan es poderosa!
—¡La Deidad Jordan es increíble!
—¡La Deidad Jordan es increíble!
—¡El nombre de la Deidad Jordan vivirá para siempre!
—¡El nombre de la Deidad Jordan vivirá para siempre!
Todos gritaron al mismo tiempo. Estaban llenos de vigor mientras alababan a Jordan.
Shaun se levantó y se rió a carcajadas.
—¡No te he llamado papá por nada! ¡La benevolencia de la Deidad Jordan hacia mí es realmente como la de un padre!
Shaun era un demonio. Con una tecnología tan aterradora en sus manos, ¡el mundo sufriría!
Jordan dijo con frialdad: