Cuando Jordan vio las lágrimas en su rostro, supo que sus palabras debían haberla conmovido. Estaba tan conmovida que se acercó corriendo, queriendo irse con Jordan.
Jordan le explicó suavemente:
—Lauren, para serte sincero, esta vez no nos vamos de vacaciones. Vamos a una misión. Esta misión es definitivamente peligrosa. No puedo llevarte conmigo porque podría no tener tiempo para ocuparme de tu seguridad.
Era muy peligroso viajar al pasado, especialmente al pueblo de la familia Handley de hace décadas.
Todos los habitantes de ese pueblo tenían habilidades únicas. No eran personas corrientes.
Jordan era una Deidad, pero apenas podía protegerse a sí mismo. Si traía a Lauren, no podía garantizar su seguridad. Además, Lauren estaba embarazada ahora. Debería estar descansando en la capital, no ir a un lugar siniestro y aterrador como Cocodrie.
Pero Lauren dijo con firmeza: