En ese momento, un asistente militar, vestido con una armadura negra brillante, comenzó a llamar a los nombres de los aventureros y soldados, asignándolos a distintos buques de guerra. Las imágenes holográficas mostraban los nombres y capacidades de los barcos, que eran impresionantes en tamaño y poderío. Estos buques no solo estaban armados con cañones de energía espiritual, capaces de desatar devastadores ataques, sino también con armas mágicas avanzadas
Además, se destacaba que cada buque contaba con un arsenal de naves aéreas más pequeñas, preparadas para atacar desde el cielo, dando una ventaja adicional en la invasión.
Ian observaba cómo los grupos se formaban a su alrededor. Cuando finalmente llamaron su nombre, fue asignado a uno de los buques más grandes.
El grupo de Ian, junto con los demás aventureros llegaron al barco, se pusieron en las posiciones que les asignaron, mientras el buque de guerra realizaba los últimos ajustes. El capitán, con su voz firme y decidida, se dirigió a todos los presentes.
"En 15 minutos cruzaremos el portal. Ya conocen sus misiones. Nuestro objetivo es destruir la ciudad asignada bajo el mar. Una vez cumplido, pueden optar por continuar con el buque para las siguientes batallas o explorar por su cuenta en busca de tesoros. La decisión es suya, pero sean conscientes de los peligros.
Todos los aventureros estaban en sus puestos, algunos revisando sus armas, otros concentrados en sus estrategias. Mientras tanto, el buque comenzó a moverse, dirigiéndose hacia el portal. El ambiente estaba cargado de expectación y tensión.
Después de unos minutos de espera, Ian sintió cómo la estructura del buque vibraba levemente al acercarse al portal. El paso a través de este era una experiencia extraña, como si el espacio y el tiempo se comprimieran brevemente. Al cruzar, sintió cómo su cuerpo se deformaba por un instante, pero tan rápido como empezó, todo volvió a la normalidad.
Al abrir los ojos, la vista era impresionante: un océano interminable, con un cielo teñido de tonos azul y naranja, nubes esparcidas sobre el horizonte, y el aire salino llenando sus pulmones. Sin embargo, Ian sabía que no podía relajarse. El nuevo entorno estaba lleno de peligros desconocidos, y cualquier error podría costarles la vida.
El capitán volvió a hablar a través de los canales de comunicación del buque:
"Todo está listo. Nuestro rumbo es hacia la ciudad submarina asignada. Prepárense, no habrá margen para errores."
La nave avanzaba sobre el mar, dejando un rastro de olas mientras se dirigía hacia el primer objetivo.
Los días transcurrían en un silencio inquietante mientras el buque de guerra avanzaba a través del vasto océano del semi plano. Los aventureros a bordo se mantenían tensos, preparándose mental y físicamente para lo que se avecinaba. Finalmente, llegaron a las proximidades de la ciudad submarina. La atmósfera a bordo del buque se volvió más cargada de tensión cuando el capitán habló, su voz resonando por todo el sistema de comunicación del barco:
"¡Atención a todos! Hemos llegado. Prepárense para la batalla. Suelten los torpedos mágicos en tres... dos... uno… ¡Torpedos lanzados!"
Los torpedos mágicos se dispararon desde el buque con un brillo resplandeciente, atravesando el agua como si fueran proyectiles hechos de pura energía condensada. Viajaron rápidamente por las profundidades del océano, dirigiéndose directamente hacia la ciudad submarina, una estructura compleja y casi orgánica que se ocultaba en el fondo marino.
Dentro de la ciudad, las alarmas comenzaron a sonar de inmediato. Un sistema de defensa se activó en el último segundo, y una barrera mágica envolvió la ciudad, brillando en tonos azulados cuando los torpedos la impactaron. Las explosiones fueron inmensas, sacudiendo todo el área y liberando ondas de energía a través del agua. La barrera absorbió gran parte del impacto, pero no sin un costo significativo.
En el centro de la ciudad, en la sala de monitoreo, la líder de la ciudad, una sirena de cabello largo y azul como el océano profundo y ojos del mismo tono, recibió el informe rápidamente. Su expresión permaneció calmada, pero sus ojos se endurecieron al escuchar las noticias.
"Informe inmediato, ¿qué está sucediendo?" exigió la líder, su voz firme pero serena.
Uno de los oficiales de monitoreo, una sirena joven con ojos llenos de preocupación, respondió con rapidez:
"Hace aproximadamente tres segundos fuimos atacados por varios proyectiles desde la superficie. La barrera mágica absorbió el impacto, pero el 30% de su energía ha sido consumida por la detonación."
Antes de que pudieran continuar, una nueva alerta resonó en la sala. Otro oficial revisó los sistemas y confirmó:
"¡Nuevos proyectiles en camino! Iniciando contraataque. Lanzando nuestros propios torpedos para interceptar los entrantes."
El silencio se apoderó brevemente de la sala, solo para ser roto por el sonido sordo de explosiones submarinas. Algunos de los torpedos enemigos habían sorteado el contraataque y impactaron directamente contra la barrera. La energía de la ciudad tembló de nuevo cuando más detonaciones sacudieron la defensa.
"Informe de daños," exigió la líder.
"Nuestros torpedos no lograron detenerlos a todos, señora. El 40% de la barrera ha sido destruido, y si esto continúa, no podremos mantenerla mucho más."
La líder de la ciudad apretó los labios en una fina línea, consciente de que su única opción ahora era movilizar toda su fuerza militar.
"Desplieguen los batallones inmediatamente. Convocad a todas las criaturas del océano que podamos movilizar. No podemos esperar aquí a ser destruidos. Subiremos a la superficie para descubrir quién es nuestro enemigo. Además, activen todas las unidades simbióticas y preparen los trajes biológicos para la guerra. No dejaremos que tomen nuestra ciudad sin luchar."
Las órdenes se transmitieron con rapidez. Pronto, la ciudad submarina cobró vida con un despliegue masivo de fuerzas. Criaturas marinas colosales, controladas por las sirenas, se dirigieron hacia la superficie en enormes oleadas.
Desde el buque de guerra, Ian observaba cómo el agua a su alrededor comenzaba a agitarse. Algo se movía en las profundidades, y no tardarían en enfrentarse cara a cara con la resistencia de la ciudad submarina.
Señor, nuestros torpedos han impactado en la barrera mágica de la ciudad
informó uno de los operadores, sus manos volando sobre los controles. Han tratado de contraatacar, pero sus proyectiles no pueden competir con los nuestros. Nuestros sistemas de defensa los destruyeron antes de que se acercaran.
El capitán asintió, satisfecho por el informe, pero sin bajar la guardia. Las luces parpadeaban suavemente en la sala, y el zumbido de las máquinas creaba una atmósfera cargada de tensión. El océano, oscuro y profundo, escondía muchos misterios, y la batalla que se avecinaba lo demostraría.