Lo drogaron con polvo de floencia, una droga que era similar a un afrodisíaco. Lo usaron demasiado en él, lo que causó tantas alteraciones en su sistema.
Se reían, mientras lo metían dentro de una caja de vidrio, desde donde esas personas podían verlo retorcerse de angustia. Miraban y le lanzaban blasfemias.
—¡Traigan a la chica aquí adentro! —Uno de ellos gritó y todos aplaudieron.
—¡No! Denle más polvo, veamos cuánto aguanta sin ceder!
—¡Sí! Veamos cómo su moral se desmorona bajo sus pies cuando se convierta en un perro en celo!
Caña escuchó todo y supo cuál era su objetivo. Sus sentidos se desorientaron mientras su visión estaba borrosa. Su cuerpo estaba tan caliente y muy sensible, mientras que su deseo sexual estaba por las nubes.
Sentía que iba a hacer cualquier cosa para tener a una mujer y así desahogar su frustración, cualquiera.